lunes, 31 de mayo de 2010

BAJO LA LLUVIA



Koboko, Sexta-feira santa 2 de Abril de 2010

La novedad de este año fue acompañar en los via crucis a las comunidades pequeñas. Tuve la gracia de ir a Mavungwana y Matukwanyana. Llegamos a Mavungwana a las 7.15h para comenzar el via crucis y estaba lloviendo. Desde mi mentalidad europea pensé que sería mejor que rezáramos cobijados por el alpendre del Puesto de Salud, sin embargo no fue así.
El profesor Albino les preguntó que podíamos hacer y después de un brevísimo diálogo, Albino me dice: “los cristianos se entregan para hacer el via crucis previsto”, es decir, se sacrifican para hacerlo bajo la lluvia. Había bebés de pocos meses y niños desde dos añitos hasta 10, también jóvenes, mamás y adolescentes.
El via crucis fue tan lindo que ni me pareció que lloviese: rezamos a la Virgen, cantamos, nos arrodillábamos en cada estación. Fue lindo y aquella agua se convirtió en vida que regaba nuestro corazón y nuestro caminar acompañando a Jesús hacia la muerte de cruz, como lo hicieron su madre María, otras mujeres y los discípulos.
La lluvia nos jugó una mala pasada camino de Matukwanyana, pero a eso del mediodía conseguimos llegar. Pensé que me “había cargado” el coche, después de pasar más de una hora atrapados en el barro sin poder hacer nada más que empujar y forzar la tracción. Pero gracias a Dios no fue así.
En Matukwanyana nos trajeron agua para lavarnos manos y pies. Estábamos hasta el gorro de barro: camisa, pantalón, los pies casi hasta las rodillas. Menos mal que nos acompañaban 3 profesores, porque no hubiésemos salido del atasco. Todos estábamos perdidos de barro, pero felices por haber llegado a la meta. Allí hicimos el segundo Via Crucis, por no decir el tercero (jajaja).

Inkomu! Por la tarde celebré la Pasión en Korrumane y la Misión. En Korrumane sentimos el calor del sol y la fuerza del Espíritu para acompañar todas las cruces, todo el dolor, todas las heridas, cada llanto, cada silencio, cada pobreza, cada muerte. Tú estás sufriendo en ellos, en este pueblo que pide resucitar cada día y que lucha para conseguirlo. Gracias por hacernos caminantes y acompañantes esperanzados, preñados de resurrección.

jueves, 27 de mayo de 2010

En medio del dolor




Koboko, sábado 22 de Maio de 2010
Sta. Rita de Cassia-Ojos de Garza

Ya son tres. Tres los hermanos fallecidos en menos de un año en la familia del sr. Bila. Me ha tocado enterrar a los tres, pero esta última fue la muerte más dolorosa. Se llamaba Amélia y con 11 años estaba en el primer año de catequesis. Se puso mala de malaria, y casi sin saber cómo ni por qué, perdió la vida en nuestro Hospital de Sábiè.
Jesús me informó de la muerte de esta jovencita hoy mismo sobre las 10h, y estábamos en el encuentro de animadores de la parroquia. Me lo dijo para que yo fuera a celebrar el entierro, y yo encantado fui aunque me perdí la parte final de la tarde.
La familia estaba muy destrozada. La madre no pudo ni ir a la Iglesia, y el sr. Bila estaba totalmente deshecho. Se me quedó grabada en la retina, la imagen del padre viendo a su hija en el ataúd por última vez antes de salir de la Iglesia. Rompió a llorar mientras un hermano suyo lo consolaba con un abrazo.

Inkomu! Agradecí de corazón poder estar con esta familia Bila, porque mi opción al venir a Mozambique está en acompañar en el dolor la caminada de este pueblo. Perder a tres hijos jóvenes en menos de un año, debe abrir una herida en el corazón difícilmente curable. Sólo Tú puedes calmar un poco tanto dolor, sólo Tú que sabes del dolor de perder a tu propio hijo en una Cruz. Sólo tu Espíritu Santo podrá dar paciencia, sabiduría, templanza, paz y amor a esta familia que ahora llora y llora sin consuelo, aunque sientan el abrazo de un hermano.

martes, 18 de mayo de 2010

Unos zapatos nuevos



Koboko, segunda-feira 17 de Maio de 2010

Necesito hace memoria de todo lo vivido en este último año en torno a unos zapatos. Todo comenzó con unos zapatos viejos que entregué al sr. Venâncio hace un año. Al día siguiente, recibí una caja con mi regalo de Reyes: unos zapatos nuevos.
Luego, durante mis vacaciones estuve acompañando las parroquias de La Garita y Marpequeña. Fue ahí donde los zapatos reaparecieron. Era la Noche de Reyes, yo había llevado tres cajas de zapatos con unos símbolos dentro que querían expresar lo que Dios soñaba para nuestra comunidad: alegría, unidad y compromiso. Cuando estaba en la misa de la Garita sentí que uno de los zapatos tenía algún problema, pero no pude saber qué le pasaba hasta bien entrada la misa: la suela se había despegado casi totalmente.

Al salir de la Iglesia, en la misma plaza de la Garita, la suela se separó del zapato, pero entre risas y fiestas con Carmen Celia, nos fuimos a Marpequeña. Justo entrando por la puerta, la otra suela siguió el camino de la primera. Me quité los zapatos y celebré la misa en calcetines. Tuve que explicar el motivo de que estuviese sin zapatos, porque no paraban de mirarme los pies y pensaban que aquellas cajas de zapatos tenían zapatos, mientras que en realidad eran parte de una dinámica.

Cuando todo quedó aclarado y terminó la misa, la comunidad de Marpequeña decidió entregarme lo que se había recaudado en la colecta y lo que le habían puesto al Niño Jesús, para que me comprase unos zapatos como regalo de Reyes de la comunidad. Me negué a aceptar ese regalo, pero cogí el dinero y les dije que compraría sandalias para los niños de Sábiè. A la mañana siguiente me tocaba abrir los regalos… y como por arte de magia (o de la Divina Providencia) mi primer regalo fue unos zapatos nuevos.

Hoy cuento esta larga historia porque estuve en la escuelita de Langa repartiendo zapatos. Los compré en Incomanine con el dinero de la Parroquia de Ntra. Sra. Del Carmen de Marpequeña. Aproveché que fui a Boi para abrir el nuevo Puesto de Salud, y pasé por Langa a entregar las cholas. Teníamos que probar para ver el número de cada niña/o, y me impresionaba ver sus pies sucios, descalzos, llenos de costras, de cayos… Ellos felices esperaron 2 horas sólo para recibir el regalo. Repartimos los zapatos sólo a quienes vinieron a la Escuela, salvo a una niña que no vino porque se turna con su hermana para cuidar las vacas. Fue un momento feliz. Saqué unas fotos y sentí como mi pueblo, mi gente, mi Iglesia canaria comparte lo que es y lo que tiene con los más pobres.

Inkomu! Ya están de camino los zapatos de El Quintero de San Bartolomé de Ajuí, que esperan encontrar pies descalzos para caminar. Todos los pies quieren andar y buscan caminos nuevos. Todos los pies sueñan con correr y con saltar. Todos los pies disfrutan con el baile y la danza. Todos los pies trabajan cuando pisan la uva en los lagares de Lanzarote. Todos los pies agradecen el agua y un masaje al caminar sobre la arena. Tú que nos has dado los pies, sigue mandando zapatos a los niños y niñas de Sábiè, para que no se dañen con los picos, ni les muerdan las serpientes o escorpiones, para que puedan seguir yendo a la Escuela de la Vida donde aprendan a leer, escribir, sumar y … nunca a “restar”.

domingo, 16 de mayo de 2010

Nuevos proyectos para este año


Nuevos Proyectos para este año

Korrumane-Koboko, miércoles 5 de Mayo de 2010

Queridas amigas y queridos amigos.

Un fuerte abrazo desde este Sur que nos orienta en el camino y nos roba el corazón. No es muy común que les escriba unas letras fuera de lo que es mi diario personal y compartido. Sin embargo, hoy me piden que les cuente mis proyectos para este año 2010. Cuando estuve en las Islas tuve tiempo para compartir con ustedes muchas inquietudes, preocupaciones, sueños.

Fueron dos meses muy intensos junto a mi familia, en mi Iglesia de Canarias y al ladito de tantas y tantos amigos que hacen posible que yo pueda ser y sentirme misionero. Viví tantas cosas bonitas, tantos encuentros llenos de emoción, tanta ternura, tanta alegría… que por momentos pensé en hacer Mi Diario de Canarias. Sin embargo, también fui víctima del estrés de nuestra sociedad neoliberal de consumo y mis sueños quedaron en eso. Queda para la próxima.

Les agradezco todo lo que hicieron por mí y por este Mozambique. Gracias a la solidaridad de ustedes me traje para Mozambique el dinero que ustedes tan amablemente me entregaron para los proyectos a realizar en este año que servirán para muchos pequeños proyectos en los que estamos inmersos en Sábiè. Y precisamente éste es el motivo de esta carta abierta a los lectores amigos. Me explico mejor. Cuando estuve ahí presenté todo el trabajo que veníamos haciendo Jesús y yo en los Puestos de Salud. A mi vuelta hemos dividido el trabajo y él se encargará de construir los mismos, mientras que yo tendré independencia para ver y llevar a cabo otros posibles proyectos.

Cuando estuve ahí, uno de los proyectos sociales a los que me comprometí fue abrir un pozo en una población con difícil acceso al agua. También me dieron una cantidad para comprar sandalias y chanclas para niños; al igual que dinero para la alimentación de niños/as desnutridos, con madres con VIH-SIDA, etc… Además, algunos colegios como el CEIP Lucía Jiménez (Ojos de Garza, Telde) y CEIP El Quintero (San Bartolomé de Ajuí, Lanzarote) han enviado material escolar para las escuelas en condiciones más precarias. En resumen, como comenté en los encuentros en las Islas en las que estuve de vacaciones: Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, este año los proyectos sociales tienen una vertiente de salud (construcción de un pozo, pagar el salario de los enfermeros, comprar leche y cereales para niños, apoyar en las Brigadas de Salud…); y otra vertiente educativa, es decir, apoyo con material escolar y posiblemente para la rehabilitación de alguna escuela. También hay proyectos netamente pastorales como el apoyo en la formación de animadores de comunidades, compra de objetos litúrgicos y construcción de alguna capilla/iglesia.

Jesús Torres seguirá con los proyectos que tenía anteriormente y que es el de terminar de construir todos los Puestos de Salud. Mientras que yo con lo recaudado en CANARIAS, como les he informado anteriormente emprenderé otros nuevos proyectos y de igual prioridad en esta zona.

Les iré informando de mi trabajo por aquí. Pronto vendrá Pablo y también llevará una experiencia fresca de esta realidad. Con él también podrán contrastar dudas y abrir horizontes que nos ayuden a seguir levantando puentes que unan las Islas con Mozambique. Khanimambo! Inkomu! Manolín.

martes, 11 de mayo de 2010

Una linda despedida...



Koboko, segunda-feira 10 de Maio de 2010

Festa de San Juan de Ávila (padroeiro dos padres diocesanos espanhóis)

Las cosas lindas se regalan, y a veces se regalan sin querer. Cuando fui a buscar a vovó Pequenina no me imaginaba dos cosas: una, que estuviese tan lejos, y dos que me regalase la despedida más linda que he visto en esta tierra.
Hace unos meses atrás fui a visitar a vovó Pequenina y me dijeron que no estaba, porque había ido a visitar a su hermana. Su hermana vive en Gotxwa, un lugar perdido después de Ligongolo. Lo que pensaba que sería un paseo se convirtió en un auténtico viaje. Cuando vovó Pequenina me vio, vino a besarme las manos y me dio las suyas para que yo también las besase, y lo mismo hizo su hermana. Para mi sorpresa, las pillé trabajando en la machamba.
Ellas tienen unos 90 años cada una. Vovó Pequenina hace mucho tiempo que estaba reuniendo dinero para pagar la gasolina de un coche que la llevase. Quería despedirse de su hermana mayor. Me recordó la visita de María a Isabel. Viendo las distancias, es normal que pasara varios meses con ella, y que disfrutaran de la fraternidad sin mirar el sol.
El momento de luz llegó con la despedida: un gran abrazo entre las dos viejitas que se besaban en la boca y por toda la cara, la una a la otra. Casi con toda seguridad será la última vez que se besen y se abracen, porque la edad y la distancia hacen que sea difícil otro encuentro.
Luego subió al coche. Mi reacción fue bajar el cristal, porque ella venía con un perfume de varias semanas o meses, y un enjambre de moscas golosas revoloteaban como no queriéndola despedir.

Inkomu! Estoy seguro de que el Cielo existe, porque estas dos hermanitas se volverán a encontrar, a abrazar y a besar efusivamente. No puede ser su último beso, sólo el penúltimo. Aquel beso traslucía eternidad, un Amor que es para siempre, unos corazones limpios aunque en cuerpos sucios y gastados. Danos a los sacerdotes diocesanos ese amor limpio de vovó Pequenina, y que en cada encuentro, en cada despedida, en cada amigo o amiga, en cada hermano y hermana… sintamos Tu beso de eternidad.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Un niño llamado Castigo.


Koboko, sábado 17 de Abril de 2010
El día inexorable decía adiós, cuando suena el teléfono. Es Jesús para pedirme que fuera a Baptine para traer a un enfermo. Un niño que estaba ordeñando una vaca recibió una coz que casi le abre el estómago. El niño se llama Castigo, tiene 11 añitos y no va a la escuela. Estaba con su hermana esperándonos en el Puesto de Salud. No lloraba y me miraba con extrañeza porque no me conocía. Nos dijo que no había comido nada durante todo el día. Olía a “demonios” porque es pastor y no se había bañado.
El accidente ocurrió sobre las 3 de la tarde, pero sólo pudimos llegar a eso de las 6 pm, porque me avisaron a las 5.30 y estaba a 20 km de su casa. Los llevamos al Hospital y como me dijo que su madre está en Korrumane fuimos a buscarla a su casa. Les compré galletas, refresco y zumo a todos. Le pusieron diez puntos en el bajo-vientre. La herida era enorme en un niño tan pequeño. De lo sucio que estaba, cuando le quitaron los pantalones que llevaba atados con una soga y sin calzoncillos, lo limpiaron con unos algodones con desinfectante y parecía que desteñía porque no paraba de salir suciedad. Sin embargo, la enfermera con mucho respeto no dijo nada sobre el asunto, sino que se limitó a hacer bien su trabajo.
Castigo lloró cuando le pincharon para la anestesia pero luego no se quejó mientras lo cosían. “Se portó como un hombre”, decían. Y la verdad es que era admirable ver su tranquilidad ante las agujas e inyecciones de antibióticos que le pusieron. Su madre y sus hermanos salieron fuera porque no resistían ver cómo lo cosían. Cuando todo acabó lo llevé feliz a su casa. Mañana volverá a pastar con sus dos vacas.

Inkomu! Se llama Sofía y tiene cinco añitos. Vive en el Ingenio de Gran Canaria y tiene una hermana mayor, una madre y un padre fantásticos. Hoy mi Amada hermana se pasó casi 20 minutos hablándome de ella y de su familia. Conozco a Sofía, a su hermana y a su padre Guachico así que me siento unido a ellos en este momento de dolor e incertidumbre. Todos estamos con ellos, abiertos a todas las esperanzas y a sus sueños de niña que se harán realidad. Con Castigo sueño y rezo por Sofía para que sea fuerte, y con su familia salga adelante como el niño pastor.

domingo, 2 de mayo de 2010

Otro Mozambique es Posible...


Koboko, sexta-feira 16 de Abril de 2010
As FMMI completam o seu 1º mês em Sábiê-Moçambique

Visitamos con la Brigada de Salud Goane II. Asistieron a la Campaña muchas mujeres con sus niños y niñas. Todavía me impresiona la cantidad de niños que tiene este país. Todos con la misma timidez y miedo, con las mismas miradas que parecen ver más allá del alma de quien les mira.
Son sin duda alguna las mujeres quienes hacen posible que este país avance y viva. Luchan por la vida aunque pierdan la suya; cuidan la vida aunque descuiden la suya; aman la vida aunque la muerte les aceche. Ellas llevan a sus espaldas el sufrimiento y la alegría de sus bebés, en sus cabezas llevan la cosecha, en sus manos la fuerza y la esperanza, en sus labios guardan la sonrisa, y en su corazón el amor de madre, de esposa, de hermana, de mujer. Sin ellas nada sería posible.

Inkomu! Las miro y me admiro! Las contemplo y Te contemplo a Ti que eres Madre porque engendraste todo lo Creado y lo cuidas y lo llevas con ternura. Las contemplo y te contemplo a Ti que eres Madre porque nos entregaste a tu Hijo nacido de Mujer, pero engendrado en tu seno de eternidad. En ellas te miro y me admiro, y viéndolas sé que Otro Mozambique es Posible.