jueves, 26 de abril de 2012
Te tuve en mis brazos y te volviste a escapar...
Esta claro que nunca deja de
sorprenderme esta realidad. Tristemente a las 6.30h llegó Albino Mawuelele para
informarme de que falleció el bebé de Ália. Tenía unos dos meses. Ella es una
de las APES que se formaron recientemente en Moamba para trabajar en la Misión.
Albino me dijo que me acercara a
su casa para hacer una pequeña oración porque no habría entierro. Le pregunté
cuál era el motivo de la muerte y porqué no se haría entierro. Sobre el motivo
de la muerte me dijo que pensaban que era por motivos tradicionales, es decir,
porque le pusieron al niño el nombre del bisabuelo y el espíritu de aquel vino
a llevárselo. Ayer la criatura se puso enferma y cuando decidieron llevarla al
curandero, todavía cerca de su casa, falleció. No lo pensaban llevar al
hospital.
En su casa el cuerpecito de
aquel angelito estaba envuelto en capulanas y toallas, pero se veía que era un
pizco. Lo ví por última vez el martes pasado en la reunión de APES, y lo tuve
en mis brazos, tranquilito.
Lo más chocante vino después: el
no-entierro. La tradición manda abandonar al bebé en la orilla del río bajo
algún arbusto, pero al aire libre. Lo llevan las viejitas y lo abandonan junto
al río a merced de los animales o de que cualquier persona lo pueda coger o
encontrar. Los hombres y las mujeres jóvenes no pueden ir, así que regresé a mi
casa donde me esperaba Domingos el fontanero.
Luego tuvimos la reunión de
evaluación y programación de la Semana Santa, y las clases en la autoescuela.
Llega por hoy.
Inkomu! Te tuve en mis brazos y
te volviste a escapar como todos los angelitos, pues te gusta volar. Tu mamá
lloraba y también tus vecinas y tu papá, te echaremos de menos, pero nunca
dejes de volar por esta Misión trayéndonos el surruro de tus amiguitos los
ángeles.
lunes, 23 de abril de 2012
Por las hermanas...
Missão,
quarta-feira 21 de Março de 2012
Ya
casi lo echaba de menos: ir a Maputo con las Hermanas. Es decir, ir todos
juntos en el coche y pasar todo el día de aquí para allá. Eso sólo ocurrió los
primeros meses seguidos a su llegada a Sábiè, luego ya fueron cogiendo
independencia, conocimiento de Maputo y soltura con el coche. Pero hoy debían
dejar el coche en Abreu sin posibilidad de recuperarlo el mismo día. Incluso un
pedruzco les partió la luna delantera cuando estábamos yendo para Maputo.
El
día en Maputo fue como siempre: pagar impuestos del coche, mecánico, compras,
alimentos, algunas capulanas para regalar... Lo bueno es compartir tantas
conversaciones diferentes que tanto nos enriquecen. Aunque siempre me quedo
preocupado ante el silencio de Aurora. Tiene una forma de ser algo silenciosa: entra
en el coche y es como si se ausentase, a veces le digo lo que me decían mi
padre y mi madre: “Te comió la lengua el gato?”.
Inkomu!
Por las Hermanas, ya que sin ellas todo sería muy diferente para esta Misión y
para mí personalmente. Y especialmente te pido por Aurora para que descubra el
diálogo, la comunicación, la apertura a los otros como la mayor riqueza para su
corazón.
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