domingo, 30 de noviembre de 2014
Una familia que se quitaba el luto
Algún día leeré lo que he escrito en
Mozambique para dar un repaso a tanta vida. Hoy, por ejemplo, hemos comenzado
otro proyecto: la construcción de 4 casas para el profesorado de la Misión. A
veces pienso que si no nos estaremos echando en la boca “más de lo que podemos
revolver”. Sin embargo, son retos que se abren y que nos estimulan en la actividad
y la vida misionera.
Durante
toda la mañana no paramos. Paco fue a Fongotuine para acompañar a una familia
que se quitaba el luto, y yo me quedé organizando a los dos grupos de
albañiles. Tuvimos que organizar los almacenes de materiales para cada uno,
luego el terreno donde iban a trabajar, etc… También me tocó echar un vistazo a
la tienda y a la escuelita, y como era fin de mes tuve que pagar a todos los
trabajadores: Anaica-Archivo, Zura-Cocina, Verónica-Tienda, Madina y
Benigna-Escuelita, Felizarda-APE, Júlio y Caetano-Maternidad.
Con
estos últimos me fui a Vahla para ver la obra y organizar los trabajos.
Visitamos a vovó Joel y Celina, así como al APE Augusto. Llegamos a casa sobre
las 15.00h.
Ni
bongile! Por un momento pensé que podría estudiar algo de teología, pero creo
que tendré que esperar tiempos mejores. Sin embargo, me alegro de poder crear
condiciones para que otros puedan estudiar… Mis libros pueden esperar…
sábado, 29 de noviembre de 2014
La nueva casa de vovó Rosalina Cossa.
Missão, terça-feira 28 de Outubro de 2014
Ha
sido un día de una luz muy potente, y no sólo porque apretaba el calor sino por
lo que irradiaba la comunidad de Baptine construyendo la nueva casa de vovó
Rosalina Cossa. Hace unos una semana y pico lleve cañas para la casa de esta
viejita, y les dije que ellos tenían que hacer el trabajo. Pensé que meterían
las cañas entre los palos, pero no fue eso lo que decidieron. El siguiente
domingo se comprometieron a hacerle una casa nueva.
Personalmente
creía que ya había hecho mi parte del trabajo, pero como el martes lo tenía
libre decidí comprar más cañas y verguilla para amarrarlas, y me fui con ellos.
Cuando llegué estaban haciendo los agujeros para meter las estacas, mientras
otros fueron a cortar árboles, y las mujeres preparaban la comida. Pero les
faltaba agua. Nada raro en casa de vovó Rosalina.
Me
fui con dos mujeres al río y el agua estaba tan verde que salí con los pies
llenos de manchas verdes, así que nos fuimos a otra parte del río, pero el agua
estaba igual. Como no teníamos alternativa, nos fuimos a la fuente. Allí pasé
un buen rato oyendo como las mujeres que estaban lavando la ropa, se reían de
mí. Sacar agua es trabajo de mujeres, y ver a un blanco llenando más de 400
litros es todo un espectáculo. Le decían a una joven que fue conmigo que si
ella era mi patrona, que no tendría derecho a comer… y reían y reían. Yo
también me reía, pero les daba la espalda y me hacía el sueco como si no las
estuviese entendiendo.
Cuando
regresamos me dijeron que teníamos que cortar otras estacas para el techo, no
tan gruesas. Así que me fui con Albino y un grupo de jóvenes con la moto sierra
para cortar. Ahí no hice nada, más que meterlas en el coche. Esos árboles están
llenos de pinchos y tristemente tengo unas manos “muy delicadas”, no son recias
y duras como la de los albañiles o los hombres del campo. Sus manos están
endurecidas, llenas de cayos porque todos los días tienen contacto con el duro
trabajo del campo.
Una
vez regresamos ayudé a meter las cañas entre los barrotes, y cuando acabamos me
puse a echar tierra y piedras con mis manos en la base de las cañas. No
teníamos pala, así que todas las mujeres y algunos hombres hicimos ese trabajo
con paciencia, mientras otros destechaban la antigua casa para techar la nueva.
Me acordé mucho de mi padre, y de cuando era niño jugando a construir casas con
cañas. Sentí la bondad de esta gente que en un día de trabajo sin descanso,
consiguieron levantar una casa en
buenas condiciones para esta viejita.
En
la ida y vuelta a Baptine encontré a la APE Elisa, le llevé el kit y me entregó
su informe mensual. Luego pasé a saludar a vovó Adelina Chivurri en la Misión.
Estaba literalmente hecho polvo, pero me bajé a saludarla y lo agradeció.
En
casa después de una ducha y de compartir las experiencias vividas, Paco en
Moamba y yo en Baptine, me despedí porque mañana tenemos viaje a Maputo.
Ni
bongile! Por tanta luz de la que sale del corazón de las personas. Las
observaba trabajando, jóvenes mujeres, abuelas, niños, hombrecitos y hombres,
todos juntos construyendo comunidad, construyendo familia, construyendo
Mozambique, haciendo posible la dignidad de una persona que, sentadita en su
estera, dibujaba con su sonrisa el resplandor y la felicidad del mismo Dios
Madre.
viernes, 28 de noviembre de 2014
La vida siempre se abre paso por estos caminos
Missão,
sábado 25 de Outubro de 2014
A las 05.30h ya estaba camino de
Matukwanyana. Pidieron que la misa fuese a las 7.00h porque tienen programa de
ir a una ceremonia. Nos acompañaron unos jovencitos de Ligongolo, a Albino y a
mí. Celebramos la eucaristía y regresamos parando en casa de la vovó Rosalina
Cossa.
Ella
tan simpática como siempre nos contó que anoche le entró otra cobra en casa.
Que le entran porque van detrás de los ratones. Y es que anteayer unos ratones
le mordieron primero la oreja, luego un dedo y finalmente se le subieron en la
espalda. Nos enseñó la herida del dedo. Además, nos dijo que los ratones se
comieron hasta tu jaboncillo. Lo gracioso es que lo dice todo con una alegría
que no puedes parar de reírte. No se queja, sólo lo cuenta como algo inevitable
y gracioso. Imagino que eso le ayudará a sobrevivir sin perder la alegría y
la ternura. Con ella habíamos quedado
para entregarle agua y para explicarle que el próximo martes la comunidad tiene
intención de construirle una nueva casa. Estaba feliz.
Al terminar la catequesis, Júlio se acercó a
mí para decirme que tenía una buena noticia: Quitéria dio a luz y él ya era
padre. No sabía si era niño o niña, pero en un santiamén nos plantamos en la
maternidad de Korumana. Nació una niña pequeñita y bonita. Quitéria estaba
fantástica y radiante de alegría. Bromeamos con sus compañeras, unas 4 jóvenes que
esperan para dar a luz, y nos fuimos a ver el partido del Real Madrid-Barcelona
en el mismo campamento (3-1).
Ni
bongile! La vida siempre se abre paso por estos caminos. La alegría está en
cualquier esquina esperando ser encontrada. La esperanza nos sorprende en cada
nueva luz que llega a este mundo, en cada bebé-de-luz nos toca la esperanza.
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