miércoles, 30 de enero de 2019

Se nos ha abierto una puerta para la solidaridad.


Songo, terça-feira aos 8 de janeiro de 2019

Aniversário da Cariely


            La visita al Director Distrital de Educación fue más o menos como la esperaba. El panorama es el siguiente: el Internado tiene una cuenta con 62.000Mt que quedaron del año pasado, y este año se presupuestaron 88.000Mt. Esos 62 mil no se pueden usar porque hay un problema con las firmas de la directora y la gerente desde hace un año. Por otro lado, los 88 mil sólo los depositarán en abril. Y también nos informa que la deuda con el suministrador de alimentos asciende a unos 220.000Mt y se niega a seguir trayendo la comida al Internado masculino.
            Los jóvenes llegarán a finales de enero, y no hay nada de comida para ellos, ni dinero para comprarla. Solución: he tenido que hacerme cargo de pagar la comida de los 25 jóvenes durante unos meses, hasta que vayamos solucionando las cuestiones económicas. Realmente, ni siquiera sienten vergüenza de decirlo y reconocerlo públicamente. Pero también aproveché para ofrecerme en el acompañamiento del Internado, pues necesito tener viva una dimensión social en mi servicio pastoral a esta parroquia y quizá en ese ámbito me mueva bien.


            Tatenda! Se nos ha abierto una puerta para la solidaridad. Aunque es muy vergonzoso comprobar el desinterés de la administración pública por la educación de los jóvenes, sin embargo, para nosotros como Iglesia, como seguidores de Jesús, es un orgullo poder contribuir humildemente con los jóvenes más pobres que desean estudiar y formarse.

martes, 29 de enero de 2019

Esas «Últimas», algún día, sean las Primeras.


Songo, segunda-feira aos 7 de janeiro de 2019

       

     Quizá la única novedad de este día, sea haber recuperado internet, lo cual agradezco infinitamente porque para mí es una herramienta básica de comunicación. Por la tarde estuvimos visitando a dos señoras enfermas. Una de ellas me dio mucha pena, porque se había quedado hemipléjica por un ictus y también perdió el habla, así que a todo nos respondía con señales. Debe ser muy duro vivir así.
            También estuve un ratito con las jóvenes del internado. Estudian 8º curso y no saben la tabla de multiplicar, y prácticamente no hablan portugués. Me da mucha pena, porque Alberto sólo se preocupa de que coman y duerman, y no consigue ir mucho más allá, aunque quizá ya sea mucho pedir a su edad. Una de las chichas se llama «Última». Vete a saber por qué.




Tatenda! En la eucaristía de cada día recuerdo a Pino de Teror, porque su esposo Javier me ha pedido que lo haga así durante un mes. Y realmente es una sensación muy extraña, porque de alguna manera siento su presencia alegre entre nosotros. Pino, te pido que intercedas por Última, para que se cumpla aquello del Evangelio y esas «Últimas», algún día, sean las Primeras.

viernes, 25 de enero de 2019

Nuestro jardín es un sueño para África de paz


Songo, sexta-feira aos 4 de janeiro de 2019


                Con mis clases de Cinyungwe estoy contento, aunque hoy el profesor me preguntó: «¿El padre Manolo ya venía practicando o es la primera vez? A lo cual le dije que no había practicado, y me respondió: «Va muy bien, dentro de dos semanas ya estará preparando la homilía». Me reí interiormente, porque ayer me preguntó lo mismo, sólo que me dijo que en «una semana» ya estaría listo. Gracias a Dios sé que este es un tren de largo recorrido, y no tengo prisas.
                



                Tatenda! Disfruté con una video-llamada de la familia, en la que les pude enseñar la huerta de nuestra casa. Siempre que se piensa en África se relaciona con el hambre, las sequías y las guerras, pero no es toda África, gracias a Dios. Nuestro jardín es un sueño para África de paz, agua y alimentos, que así sea para todo el continente.

jueves, 24 de enero de 2019

Tatenda!! Son como esas noches africanas alrededor del fuego



Songo, segunda-feira 1 de janeiro de 2019
Enmanuel


Después de la celebración de la eucaristía, me puse a preparar el almuerzo. Ya he preparado lentejas, y hoy preparé bifes de carne de cabra, arroz y una tortilla española, y como postre: papaya con mangas y gelatina. El motivo de este almuerzo tan especial es la visita del Hno. Pablo, un español comboniano que está en Chitima. Se pasó con nosotros toda la tarde, y lo pasamos en grande.
Nos pasamos la tarde contando historias. Ahora, escuchar a Alberto es quedarte pasmado o boquiabierto por todo lo que ha vivido. Llegó aquí en el año 1957, cuando mis padres tenían 12 y 13 años, cosa que me obliga a pensar en la España de aquel tiempo y en el Mozambique de aquel tiempo. Realmente, no lo puedo imaginar. Entre otras muchas cosas nos contó cómo comenzó a comer ratones, y que hasta hace muy poco los compraba pero que dejó de hacerlo porque ya no tiene dientes y los necesita para triturar los huesitos; o el gusto con que se come los saltamontes, gusanos secos y fritos, o las serpientes; o incluso, como una vez se comió carne seca llena de bichos, porque era lo que había y vio que los demás se la comían sin que les hiciese daño, y decía: «Y no me pasó nada!! Ni dolor de barriga, ni diarrea!! Nada!!». También nos impresionó cómo, una vez que tenía muchísima sed, se vio obligado a beber un agua verde empozada, filtrándola con su camisa, pues llevaba 14 días fuera de casa. Lo contaba con todo tipo de detalles y con esa trasparencia que tiene Alberto en los ojos.
Tatenda!! Son como esas noches africanas alrededor del fuego, donde los ancianos cuentan los cuentos antiguos. Así comencé el año, con una clase de sabiduría por la larga experiencia de Alberto en esta región, que siempre sorprende. Gracias por esta tarde compartida sin fuego, pero con el mismo calor de la vida misionera.

sábado, 19 de enero de 2019

Tan sencillo como hermoso.




Songo, quarta-feira aos 26 de dezembro de 2018
Sto. Estêvão

Ya me había olvidado de lo que son los entierros en Mozambique. Entramos en la iglesia a las 12:45 y salimos del cementerio a las 17:45, y tan panchos, allí no se movió nadie, ni nadie se quejó de nada. Mientras yo me decía a mí mismo que sería la primera y última vez que acompañaba a un difunto al cementerio, porque si ya fue protocolaria la misa, cuanto más el entierro. El señor que falleció tenía 50 años y dejó viuda y 6 hijos, y se llamaba Emílio Moisés da Costa, trabajaba en HCB y era el secretario del Partido FRELIMO en Songo. Tenía muchos hermanos y sus padres aún viven. Estos ingredientes hicieron que la asistencia fuese multitudinaria, lo cual contribuyó para la demora de toda la ceremonia.
Me llamó la atención la forma de hacer el entierro, especialmente cuando se deposita en la fosa. Una vez que colocaron la estera en el fondo y luego el cajón, encima colocaron muchísimas estacas, de tal forma que el féretro queda prácticamente bajo techo, y posteriormente vendría la tierra sobre las estacas. El resto es muy similar a la manera del sur de Mozambique.
La esposa del fallecido Emílio es legionaria de María, por lo que el grupo de las legionarias estuvo cantando todo el tiempo. Al final de la eucaristía hicieron un canto muy bonito y entraron bailando muy suavemente alrededor del difunto. En el cementerio también estuvieron todo el tiempo cantando, y cuando les tocó el turno de poner las flores, entraron cantando una canción que acompañaba sus movimientos: entramos, nos arrodillamos, ponemos la flor, nos levantamos, salimos… Tan sencillo como hermoso.


Tatenda! A partir de mañana voy a hacer un plan serio de estudios de Chinyungwe, porque estos compromisos pastorales me están despistando de lo que debe ser mi objetivo principal en esta primera etapa. Tú sabes que lo que me gusta es estar con la gente, con el pueblo, pero para estar al 100% dame el don de la perseverancia en el estudio.