Me voy sintiendo en paz, con una alegría y unas expresiones que me recuerdan al Manolo de hace unos años. Hoy la alegría me la llevé después de arreglar el pinchazo. Fui al Hospital de Sábiè para hablar con la enfermera Benilde. Tenía su día de descanso pero me recibió muy bien y estuvimos charlando sobre nuestros asuntos de lactancia de niños/as expuestos al VIH-SIDA.
Me dio la mejor alegría después de mi llegada a Mozambique: dos niños han sido dados de alta. Es decir, dos niños se han librado del SIDA gracias a nuestro apoyo alimenticio para las madres seropositivas. Además una de las madres había perdido ya 10 hijos, y éste es el número 11 y el único que se libró de la muerte por no contraer la enfermedad. Benilde me dijo que cuando le dio la noticia de que su hijo estaba sano, lloró de alegría.
Khanimambo! La vida sigue triunfando frente a la muerte. Un pequeño signo de esperanza se abre camino en medio del dolor. Creo en estos pequeños proyectos. Mi día fue muy feliz y cuando fui al río de aguas calientes, te agradecí la vida de estos niños y la de quienes desde Segovia o Canarias luchan para esas vidas sean posibles.
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