Una joven vino esta mañana a pedir 2500 mt para poder estudiar enfermería. Me dijo que su padre está en Zimbabwe y no tenía forma de hacerle llegar el dinero, y le dijo que viniese a pedirlo a los padres de la Iglesia. Saqué el dinero, que son unos 35€, se los entregué y se despidió alegre y agradecida. Pensé que ya no la volvería a ver, pero esta noche me sorprendió su visita, tanto que cuando la vi no caí en la cuenta de que era la misma joven que me visitó esta mañana. Venía, en medio de la lluvia y de la noche, a decirme que había conseguido matricularse y que estaba muy agradecida por este gesto. Me quedé con los ojos como chernes. Le agradecí su visita y se fue corriendo porque estaba lloviendo.
Tatenda! hasta el último punto y sin saber si la empresa tendrá éxito. Estas jóvenes son una batalladoras, y están abriendo un camino para generaciones venideras por eso hay que apoyarlas más allá de los funerales, de la lluvia o de la noche.
1 comentario:
Pero siempre piden, gracias a Dios les mandamos un misionero rico!
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