sábado, 7 de noviembre de 2009

Noviembre "EL MES DE PASTORAL"



Sábiè, segunda-feira 3 de Novembro de 2009

Ya comenzamos el mes de pastoral con los seminaristas. Hoy les llevé a la sede del Puesto Administrativo de Sábiè. Allí nos entrevistamos con el Jefe de Puesto, Manuel, que nos facilitó datos sobre esta realidad, a nivel de números y estadísticas.
Luego fuimos a la demostración de la “papa enriquecida” en el Hospital. Es un proyecto de nutrición para niños enfermos de HIV que apoya la parroquia. Así que estuvimos con las madres y sus bebés.
Estuve jugando con los niños y a uno le di mi llavero. Inmediatamente se lo llevó a la boca y comenzó a chuparlo que daba gusto. Sin poderlo evitar me vino a la cabeza un estigma: ¡Tiene SIDA! Y me pasé todo el rato pensando que lo primero que debía hacer era lavar el llavero y también mis manos.
Me sentía mal porque sé que el virus no se transmite así, pero no lo podía evitar. Sentía miedo y vergüenza al mismo tiempo. Vergüenza porque estaba tratando a esos angelitos como leprosos del siglo XVI, como apestados del siglo XI. Fue una sensación desagradable en la cual luchaba mi corazón contra mi cabeza.
Tristemente cuando llegué a casa lo primero que hice fue lavar el llavero y lavarme muy bien las manos.

Khanimambo! Estas experiencias me hacen sentir que todavía estoy muy lejos del Reino de los Cielos. Todavía me falta mucho por amar y por aprender. Todavía me falta purificar mi corazón y mi mente. Todavía me queda mucho para amar sin prejuicios a los más pobres. Es un camino en el que sólo podré andar de Tu Mano aunque sean enfermo de SIDA.





Sábiè, quarta-feira 4 de Novembro de 2009

Continúo con un estrés que me gusta. Toda la mañana preparando el Análisis de la Realidad de Sábiè con Sérigio e Dionisio, y por la tarde hospital, ensayos y otras cosas.
Sin embargo, la nota de hoy la puso Sónia. Es nuestra nueva APE (enfermera) en formación. Llegó hoy de Mukakaza y no conocía ni la Villa de Sábiè. No conoce a prácticamente nadie de por esos alrededores. Es como si viniese por primera vez a la “civilización”. Se mostraba muy tímida y vino “con una mano alante’ y la otra atrás”. Traía una pequeña maletita que no pesaba 2 kilos. No trajo: ni estera, ni manta, ni bidón, ni calderos, ni comida, ni… nada. Y tan feliz! Claro que va a estar 4 meses fuera de su casa y no conviene que duerman en el suelo ella y su bebé de 10 meses. Así que tuvimos que buscar rápidamente todo lo necesario para que sobreviva hasta que pueda regresar a Mukakaza y traer sus cositas (que sospecho que no serán muchas). De hecho me impresionó oír que no quería comprar carbón porque en su casa tenía un saco y le daba pena gastarse su dinero en eso.
Mañana iré a verla y le llevaré algunas cosas para estos primeros días. Sin embargo, ya aprendí la lección después de que me haya pasado dos veces lo mismo: les entregaré una lista con todo lo que deben llevar para el tiempo de formación.

Khanimambo! Estoy radiante. Además con la presencia de los seminaristas y el andar lento pero seguro de estas comunidades me siento muy feliz. “No tengo boca con qué alabar a Dios”, como decía mi Amada madre. En tus Manos, abandonada y sin nada, están Sónia y su bebé, porque confían en Ti y en tu bondadosa Providencia. Y realmente ella vino con lo único necesario: su vida disponible y el hijo de sus entrañas; y todo lo demás “se le dará por añadidura”.

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