jueves, 6 de marzo de 2014

Ellos no perderán su dignidad como trabajadores.





Missão, segunda-feira 27 de Janeiro de 2014

                Ya estamos en nuestro tercer día sin luz. Es increíble, pero cierto. Me pasé toda la mañana trabajando en casa de las Hermanas porque ellas sí tienen energía. Quería acabar el trabajo de Pastoral de la Salud y me fui a escribir. 

Cuando regresé pasaron unos jóvenes a pedir una pala para cavar y colocar los postes de la luz que cayeron. A eso de las 19.00h pasaron otra vez con la pala para cerrar los agujeros que cavaron por la tarde, porque no les pagaron. Al grupo que hizo ese mismo trabajo hace un mes les pagaron 85 meticales por cuatro días de trabajo, lo que equivale en euros a unos 50 céntimos al día. Por lo tanto, ahora contrataron a otro grupo con la promesa de pagarles 100 meticales. Ellos piden 200, es decir un euro y 25 céntimos por día. Creo que no es mucho pedir por un día de trabajo, pero aquí nos parece vivir en tiempos de esclavitud.

Por la tarde, mientras tomábamos el fresco fuera, vimos nuevamente al grupo de jóvenes regresando hacia donde había hecho los agujeros para los postes, y nos dijeron que los iban a tapar otra vez. No les quieren pagar los 200 meticales que les prometieron, y van a deshacer su trabajo. Les dimos toda la razón. La que estaba como una loca era la Directora Pascua porque también tiene un congelador lleno de carne y pescado que debe estarse pudriendo.


Ni khensile! Nosotros perderemos nuestros congelados, pero por lo menos ellos no perderán su dignidad como trabajadores. La explotación llega a límites insospechados, y lo triste es que lo hacen también entre los propios mozambiqueños. El dinero corroe lo que toca, y aquí entre los más pobres tristemente ya está tocando el corazón.

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