¡Tatenda! Por todos estos jóvenes que están dando nueva vida a tu Buena Noticia.

Songo, quinta-feira aos 7 de fevereiro de 2019

Ahora que han comenzado las clases se nota un «subidón» de participación diaria en la eucaristía. El 90% de los que participan son jóvenes, lo cual me impresiona, porque todavía tengo reciente en mi mente la fe envejecida de Canarias, donde casi todos los que celebran la eucaristía o peinan canas o se las tiñen.

Durante la cena, Alberto me contó que tuvo que salir una joven del internado. El motivo es que no había concluido la 7ª clase. Parece que estudió el séptimo curso pero se puso enferma y no fue a los exámenes finales. Y dentro de su pensamiento mágico-religioso se imaginó que la habían pasado de curso sin hacer exámenes, y ni se preocupó de ir a la escuela para preguntar. Así que mañana la llevamos de vuelta a su pueblo, para que vuelva a estudiar el séptimo curso.

Son de esas cosas que te hacen sentir que no estás en Europa, donde a nadie se le ocurría, creo yo, ir a matricularse del curso siguiente sin haber hecho los exámenes finales del año anterior. Ni sus padres se preocuparon, ni sus amigas le dijeron nada, ni sus profesores la informaron… Es decir, todo bastante raro, pero ella está tan tranquila, no pensemos que va a sufrir una depresión.

Tatenda! Por todos estos jóvenes que están dando nueva vida a tu Buena Noticia; estos jóvenes que no están preocupados con las notas, aunque sí con estudiar; estos jóvenes que rejuvenecen la fe y le dan una nueva vitalidad y entusiasmo.