Sábiè, quarta-feira 27 de Maio de 2009
Cuando el Sr. Venancio me vio salir por la puerta, vino corriendo a mí. Él estaba barriendo los alrededores de la casa, y me extrañó su actitud, porque normalmente sólo me saluda desde lejos. Entró por el portón, me saludó atentamente y me dijo: “¿Puede darme sus zapatos?” Inmediatamente miré los suyos, como por instinto, y vi que eran diferentes, que estaban muy viejos y que uno le quedaba muy pequeño y no tenía cordón.
Le dije: “Ah! Sr. Venancio, son mis zapatos, los zapatos con los que voy al río. Lo siento” Él se dio media vuelta, y medio segundo después pensé: “Vine a África para dar la vida, y no soy capaz de dar un par de zapatos viejos?”
-Señor Venancio! Señor Venancio! –ya se alejaba diciendo “A kholwile!” (aceptó!)
Su cara se iluminó cuando me vió levantar Sus Zapatos Nuevos, que eran mis zapatos viejos. Regresó los cogió al modo tradicional, con las dos manos, se quitó sus antiguos zapatos y se puso los nuevos. ¡Qué maravilla! Eran de su talla.
Y tras recitar el “khanimambo!”, se alejó como niño con zapatos nuevos.
Khanimambo! por esta pequeña conversión. No es fácil desprenderte de cosas que te han acompañado durante años, como unos simples zapatos viejos que sólo sirven para ir al río, pero qué difícil es desprenderse y renunciar al modo de Jesús, con radicalidad evangélica; desprenderse de la familia, de los bienes, de tu tierra y hasta de uno mismo. Khanimambo!
Sábiè, quinta-feira 28 de Maio de 2009
Felicidades! Feliz Navidad! Feliz cumpleaños! Porque todos los días pueden ser Navidad como lo fue el día de hoy. Salimos de Ressano para Maputo a celebrar el cumpleaños de Jesús y acabé celebrando mi propio cumpleaños.
Tenía que pasar por la oficina de Correos y cuál fue mi sorpresa al encontrar 5 avisos de paquetes, además de postales y cartas para mí. Las postales eran de mi familia (Amada, Rafael, Luisa, Celedonia y Amada) con fotos del Barranco Guayadeque y de Agûimes. Luego llegué a las aduanas para recoger el resto y…. ¡sorpresa! ¡Estaban 2 paquetes de los que esperaba desde Diciembre! Es decir, de los que ya “no esperaba”.
Había de todo, porque venían mis regalos de Reyes y golosinas navideñas. Pocas cosas se estropearon, otras llegaron caducadas pero en buen estado y otras llegaron muy bien. Camisas, cuerdas de guitarra, champú, medicinas, atún, chocolate, turrones, polvorones, galletas, café, gofio, leche Millac, Cola-cao, cepillo y pasta de dientes, fotografías, un almanaque, felicitaciones navideñas, pen-drive y CDs de Ojos de Garza, Metros Solidarios, etc… Pero, ¿cuál fue mi mayor sorpresa? Unos zapatos.
Mi tía Luisa y su familia me enviaron un par de zapatos nuevos. Ayer regalé al Sr. Venancio mis zapatos viejos y hoy me regalaron unos zapatos nuevos.
Khanimambo! porque “el que da, recibe; al que llama, se le abre; el que busca, encuentra”. Hoy he recibido 100 veces más de lo que dí, 1000 veces más de lo que esperaba, 10000 veces más de lo que soñé. Tú Señor sobrepasas todas las medidas. Damos poco, lo que nos sobra, y Tú nos das todo lo que eres, todo lo que tienes. Gracias!
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