Koboko, quinta-feira 8 de Abril de 2010
Quizá haya sido una de las sonrisas más agradecidas y felices de mi vida. La sonrisa me la regaló el sr. Paipane (Alberto). Lo conocí hace tiempo cuando lo vi arrastrándose por Korrumane. Aquí todo es tierra y me impresionó ver a una persona que se movía con la única fuerza de sus brazos.
Luego me lo encontré limpiando los alrededores de la Iglesia de Korrumane cuando estaba en construcción. Y finalmente, un día me llevaron a su casa porque estaba enfermo. Hablé con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y le han dado una plaza.
Salimos de Korrumana a las 5.00h y llegamos a Maputo a eso de las 8.15h. Cuando entramos en el Asilo estaba muy nervioso y ni siquiera entendía lo que le decían las Hermanitas. Sin embargo, un trabajador se lo llevó para bañarlo y afeitarlo en su silla de ruedas. Cuando regresó estaba radiante de felicidad. No podía quitar la sonrisa de sus labios. Se le veía ya lejos del sufrimiento de tantos años en soledad y abandono.
Vivía en una pallota solo, y en la época de lluvias no puede ni siquiera salir de su casa porque todo es barro. Se pasa todo el tiempo haciendo esteras que vende por 100 Mt. (tarda 2 semanas en hacer una). No tenía ni para comer, y ha pasado hambre, pero ahora todo es diferente, me lo dice su sonrisa.
Inkomu! Gracias por su sonrisa amplia y fresca. Gracias por el sr. Simbine que me acompañó todo el día. Gracias por las Hermanitas que lo han acogido como un hijo. Gracias por tanto amor que nos das en cada mirada agradecida, en cada sonrisa, en cada abrazo de despedida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario