Goba, domingo 22 de Maio de 2011
Santa Rita de Cassia-Ojos de Garza
Al terminar la misa, se me acercaron unos acólitos diciéndome que estaba fuera el white amigo de Vicente que había hecho los libritos del Oremos. Salí a recibirlos, porque eran tres valencianos profesores de la Universidad Politécnica de Valencia. Vinieron para ver cómo están los proyectos que subvencionaron através de AGUAPOT. El panorama fue desolador.
En primer lugar, subimos a casa, pero estaban con prisa así que nos fuimos a ver la planta potabilizadora que colocaron en el Colegio de Enseñanza Primaria. Funcionó, pero hace unos 3 meses robaron la bomba de agua y desde entonces estaban sin agua. Saben que la robó el mismo que estaba encargado del mantenimiento: Carlos (trabajador del Internado 4 de Outubro). Entre él y el hermano está el robo, e incluso se delataron diciendo que la bomba que ellos habían robado era la de repuesto del Hospital. Así supimos que también hubo otro robo en el Hospital, y simplemente se excusó diciendo que estaba “aflito” (afligido) y que necesitaba el dinero.
De allí nos fuimos al Hospital donde ya de antemano sabíamos que faltaba una bomba de repuesto. Pedimos las llaves para entrar en el contenedor donde está guardado todo el dispositivo de purificación y… ¡sorpresa!: el contador marcaba 7m3 en un año, por lo cual sólo funcionó unas 5 semanas según los cálculos del ingeniero Arnal. Es decir, funcionó un poco y luego estuvo cerrada todo el año. Justo al lado hay un pozo abierto con balde y cuerda de donde están guindando agua. Cuando ellos vieron el panorama, aparte de echarse las manos a la cabeza y sentarse en unas piedras, quedaron estupefactos, sin poder comprender por qué pasa esto. La verdad es que sentí una vergüenza ajena de alto calibre. Es una inversión millonaria para un hospital que sólo debe pulsar un botón una vez por semana para tener agua potable, y está cerrado a cal y canto sin que esté averiado o cosa parecida.
Para más INRI, estos días estuvieron en la Universidad Eduardo Mondlane donde también colocaron una planta potabilizadora que nunca funcionó. Estaban al borde de la depresión por incomprensión. Realmente por mucho que se intente explicar o justificar, no vemos raciocinio posible que dé razón de lo sucedido.
Después de muchas investigaciones, encontramos a Carlos, el responsable y “ladrón”, y le intentamos poner contra las cuerdas. Es difícil, porque en el fondo nos da mucha pena. Si lo denunciamos irá a la cárcel y es enfermo de SIDA, por lo cual empeorará y podría incluso morir dejando esposa e hijos. ¿Qué hacer? Claro que para mí el responsable de este potaje no es él, sino la doctora del Hospital o el Decano de la Facultad que parecen no tener interés por el agua potable.
En medio de la polvareda apareció mi amigo “el mentiroso” diciendo que su mujer había fallecido. No me creí ni una sola palabra, pero lo mandé a hablar con quienes animan el sector de Esperanza de la Parroquia. Nadie lo conoce, no quiso dar nombres, ni reveló el lugar donde vive, ni dónde está su mujer, ni quién es su familia, ni quiso dejar su número de teléfono… Además quedó en aparecer por la tarde y, por el contrario, desapareció. Estoy convencido de que volverá a aparecer con otra historia.
Inkomu! Después de tantas historias pasadas por agua, llegamos a Goba: Fumo, Mithe y yo. Realmente estábamos cansados, y mientras veíamos la tele con Pepe, no podíamos aguantar los ojos abiertos. En Goba hay paz, aunque nos costó entrar ya que tuvimos que quemar y romper el candado para poder llegar a la casa parroquial. Santa Rita, tú eres la patrona de lo imposible, así que ya sabes, queremos Agua Potable para todos los hospitales, escuelas, universidades y hogares de Mozambique.
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