Ressano Garcia, segunda-feira 6 de Junho de 2011
Acabamos de llegar cansadísimos, aunque el día mereció la pena. En Goba se nos pasó la mañana a Paco, Pepe y a mí, conversando sobre nuestro querido IEME en Mozambique. Cuando nos quisimos dar cuenta eran las 11h y teníamos que ir a buscar agua y a ver la frontera con Swazilandia.
Antes de irnos fuimos a visitar a la Doña Inés. Parece que tiene 80 años, pero seguramente no llega a los 35. Nos recibió con todo el cariño del mundo sentada en su estera que sostiene sus 35 kilos de piel y huesos. Nos recibió en la puerta David, un tierno niño muy espabilado de unos 10 añitos que no va a la escuela, pero que cuida de su familiar. Inés tiene una enfermedad psicológica fuerte, pero también debe estar asociada a alguna física. Fue aspirante en un convento, fue profesora en Goba, y procede de Cabo Delgado. Nunca tuvo hijos, pero su sonrisa seguro que hizo muchas veces nacer la vida.
David se sentó en el suelo mientras rezábamos y charlábamos con Doña Inés. Ella es muy espiritual y sonriente. A Inés le tiembla la cabeza y voz cuando habla, pero todo lo que sale de su boca son bendiciones y palabras bonitas en un elegante portugués. Quedamos en que la llevaríamos a casa de su tío en la Zona Verde-Benfica (Maputo) a eso de las 14.30h.
Almorzamos ya pasadas las 13.30h, después de ir a buscar agua y de visitar la frontera de Swazilandia. Lo pasamos bien en el paseo. Fuimos a Maputo donde dejamos a Doña Inés en casa de su tío, recogimos a la Hna. Maria da Costa, y posteriormente al Diácono Fumo en casa de las Hermanitas. Ahí nos enteramos de que la Madre Socorro está mal nuevamente y se vuelve a España este sábado. Luego comenzamos a regresar con una pequeña parada en el Seminario para coger el “farelo” para los patos (que ya no existen), y allí estuvimos de palique con los padres Fernando y Felimone, rector del Seminario Cristo Rey (y que conoce todo Mozambique y parte del extranjero).
Inkomu! Aunque estas palizas se queden en el cuerpo, también es verdad que se te queda un gustazo de encuentros, conversaciones, amistades, buenos recuerdos, paseos, risas, descubrimientos… que hacen que acabemos olvidando la paliza y recordando sólo esos momentos en que Te encontramos.
1 comentario:
Hola! La verdad que me ha gustado mucho este post! No conozco ese lugar, pero me han dado ganas. No tienen nada que ver con los hoteles 4 estrellas en argentina a los que estamos acostumbrados, y eso es muy bueno. Saludos!
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