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Siempre
recordaré este día porque fue mi despedida en el aeropuerto de Gran Canaria
para venirme a Mozambique llenos de miedos e ilusión. Fue duro, aunque el vuelo
no se me hizo tan largo porque viajé con Juan Carlos Medina hasta Madrid. Aquel
día estuvieron en la despedida, mi familia y un puñado de amigos muy cercanos.
Mi sobrina Amada correteaba con un añito y Rafael con cinco me regaló un
muñequito de los Simpsom que aún tengo en mi mesilla de noche.
Estoy
al filo de las 2 de la madrugada del día 12. Es decir es día 12 hace casi dos
horas. Y es que hoy fuimos a recibir al aeropuerto a la Hermana Aurora que
venía de sus primeras vacaciones. Ella también dejó hoy a su sobrino Antonio
Jesús de un añito, a su padre y a su madre, y a sus 7 hermanos/as con el
agridulce sabor de la despedida.
Así
es la vida misionera. Ella llegó repuesta, con fuerzas, conversadora.
Inkomu!
Tú le darás todo lo que su alma necesite para vivir y sonreír a un mismo
tiempo; Tú le darás todo lo que su ser necesite para amar y entregarse de una
sola vez; Tú le darás tu Espíritu Santo.
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