lunes, 1 de febrero de 2016
Paso a paso...
Missão,
sábado 17 de Outubro de 2015
A pie, paso a paso, fuimos caminando de la
Vila a la Misión. Íbamos un grupo de niños y niñas, jóvenes y adultos, porque
las viejecitas salieron temprano. Una vez más, y aunque parezca cansino, me
fijé en sus pies y en sus zapatos. Cuando salí de casa me puse unas playeras
deportivas, perfectas para caminar y hacer deporte. Sin embargo, en el grupo de
casi 30 personas que iba conmigo no encontré ni uno sólo que llevase un calzado
adecuado para el trayecto de 12km que teníamos por delante.
Algunos
estaban descalzos, otros iban con chanclas o zapatillas entradas, y otros
zapatos de esparto o de plástico, pero ninguno llevaba calcetines. Algunos
niños y niñas durante el camino se quitaron los las sandalias porque iban mejor
descalzos. Es imposible que no me sienta una y otra vez impactado por la
pobreza. Y sin embargo, ni una sola queja, ni una sola mala cara. Todo eran
cantos y bailes desde que salimos, después de una breve oración, hasta llegar a
la Misión.
Al
entrar en la Misión cantábamos: “A
Kwerhu-Kwerhu!!! Ku famba lweyi a pfumelaka!” (“A Kwerhu-Kwerhu va aquel
que confía”) Y fue una explosión al encontrarnos con quienes venían de
Inkomanine, Matukwanyana, Baptine, Ligongolo, Mahungo, Vahla… Fuimos los
últimos en llegar, y por eso nos acogieron con mayor alegría.
Paco
hizo la peregrinación saliendo de Ligongolo, bordeando el río. Después del
almuerzo llegaron los ensayos, vía crucis, oración del rosario, procesión de
las velas, confesiones, proyección de fotos de actividades de la parroquia y
adoración al santísimo. Una tarde noche inolvidable para más de 200 personas
que confían en Ti.
Ni bongile! Los pobres nos
evangelizan caminando, peregrinando, sin palabras. Fueron muchos los momentos
emotivos del día, pero quizá el que más, fue encontrar a María de Kwerhu-Kwerhu
esperando nuestra llegada junto al río. Una madre que espera en casa impaciente
por sus hijos e hijas que vienen a pie, cansados, pero deseando encontrarla y
sentir su calor, el palpitar de su corazón de madre. Nos sentimos hijos, tus
hijos, blancos o negros, mujeres y hombres, pobres y ricos, todos iguales como
hijos tuyos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Que lindo todo
Publicar un comentario