sábado, 22 de junio de 2019

Aquí ocurren cosas que te trastocan.


Songo, Domingo de Ramos aos 14 de abril de 2019

            Este día fue hermoso. Todo estaba muy bien preparado por los acólitos. Comenzamos la procesión desde la capilla del Internado hasta la iglesia. Éramos unas quinientas personas las que participamos en el comienzo de esta Semana Santa. Todos con sus palmas acompañaron la procesión con cánticos que había preparado el grupo de liturgia.
Aquí ocurren cosas que te trastocan. Y al terminar la celebración se acercó un grupo de militares jóvenes de Maputo y Beira que querían confesarse. Como insumiso a la mili, y antimilitarista noviolento convencido, no dejo de sentirme un poco raro cuando me veo rodeado de militares. Sin embargo, en esta ocasión sentí que estaba en frente de unos jóvenes cristianos que viven muy lejos de sus hogares y dentro de una institución muy cruel que los hace sufrir. Recé por ellos, para que no interioricen las actitudes violentas que transmite el ejército, y para que su corazón encuentre al Dios Amor, al Dios que reconcilia, al Dios de la Paz. 
En casa estaba el Sr. Tarcísio de visita y se quedó a almorzar con nosotros aunque lo esperaba su esposa. Yo le bromeé diciendo que si su mujer me preguntaba, le diría que no lo había visto. Él se reía, pero sé que lo tomaba en serio. Es un hombre de buen corazón, otro Natanael-Bartolomé que no tiene doblez. Es tímido, siempre sonriente, muy cortés y disponible para trabajar… y para echarse unas cervezas, porque los santos no tienen por qué ser mojigatos.
Y por la tarde estuve con los jóvenes por el Día mundial de la juventud. Fue un ratito de baño juvenil. Ellos estaban en sus ensayos para la representación del Viernes Santo, y realmente lo hacen muy bien.

Tatenda! Tú entraste en Jerusalén consciente de lo que estaba por venir. Nosotros a veces caminamos por la vida sin rumbo, sin saber adónde vamos ni de dónde venimos. Te pido por estos jóvenes que están buscando su camino sin saber que quizá les aguarde el dolor de un viernes santo, aunque sueñen con la alegría de la pascua, haz que sus vidas sean pan partido y pies lavados de jueves santo.

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