lunes, 31 de marzo de 2025

Qué lindo es poder enseñar a leer y escribir por la mañana en Mulumbua... y recibir una carta escrita a puño y letra



 

Songo, miércoles 26 de marzo de 2025

 

            Son ya 21 veces las que he subido a Mulumbua sin embargo, mi corazón y mis pies son incapaces de acostumbrarse a esta montaña. Sólo me mueve la pasión, las ganas de ver a los niños y niñas; me mueven sus canciones, su alegría y linda capacidad de acogida con timidez y emoción al mismo tiempo.

            Me esperaban casi todos los alumnos, más adelante encontré a las mujeres y finalmente a los hombres, porque aquí se mantienen las tradiciones ancestrales de separación por edad y por sexo. De alguna forma, me envuelven con su magia y me hacen sentir que la vida vale la pena darla.

            Antes de las confesiones y la misa, pasamos más de una hora charlando sobre diferentes temas: la visita del obispo, la situación del animador, la escuela, la pascua de la profesora Manuela, las lluvias y las cosechas, las obras en la capilla, etc…

            Al terminar la misa, de la que grabé el ofertorio en vídeo porque todo el alumnado trajo piñas y calabazas hasta tal punto que llenamos un saco de cada, estuvimos grabando algunos vídeos de la escuela y como premio les dábamos caramelos a los participantes. Fue un bonito compartir.                                                                       

 

Tatenda! Cuando llegué a Songo, medio muerto de cansancio, pero redivivo por la experiencia, me recibió Baba Alberto con una gran noticia: “Han venido de Correos de Tete a traerte una carta de Canarias”. Me quedé alucinando sin saber de quién podría ser. El sobre era familiar, y antes de abrirlo ya sabía que contenía nuestro calendario familiar que Roberto nos regala cada año por Reyes. El calendario es espectacular y tiene hasta meses para Uga y Calcetín, con fotos preciosas de la familia. Lo que no esperaba era encontrar en su interior una carta manuscrita. Mi Amada hermana me había escrito unas letras para recuperar el género epistolar, que yo abandoné hace años, primero por culpa de un tal E-mail, y últimamente por un tal WhatsApp… Qué lindo es ver la letra de tu Amada, sus trazos únicos, sentir su presencia siempre fraterna y cariñosa… De Ti se dice que escribes derecho en renglones torcidos, y que eres la Palabra hecha carne, y también que nos dejaste tu Palabra escrita en la Biblia… Qué lindo es poder enseñar a leer y escribir por la mañana en Mulumbua, y recibir una carta escrita a puño y letra por la tarde, para acabar escuchando tu Palabra viva en la eucaristía.

 

Bienaventuranzas desde la cárcel



 

Songo, lunes 24 de marzo de 2025
San Óscar Romero
Cumpleaños de mi amiga Susi Sánchez González
 
Reconozco que admiro a Javi por su vocación de acompañar a los presos. En sus escritos emana pasión por estas personas privadas de libertad, y cuando que fui con él a Navalcarnero vi cómo le brillaban los ojos de alegría. Sin embargo, yo no he tenido nunca esas sensaciones, aunque hoy viví un momento especial.
En Songo tenemos unas 43 iglesias protestantes diferentes y algunas de ellas van a la prisión para leer la Biblia. Por ese motivo, los presos me pidieron que les explicase la historia de José, el hijo de Israel. El método que usé fue muy sencillo, leer poco a poco e ir comentando el texto a través de preguntas. Esta historia es una de las más bonitas del Antiguo Testamento, porque está llena de emociones. El hilo conductor es sorprendente y sobre todo porque el final es arrollador.
Cuando llegué a la parte donde José le pide a su empleado que preparase una buena comida, porque iba a almorzar con sus hermanos, me vino a la mente la gran similitud con el pasaje de los discípulos de Emaús, y me quedé emocionado pensando en el hermoso paralelismo de las dos historias. Mientras comentaba el texto veía sus caras y pensaba en las vidas de estos jóvenes que ahora están en la desdicha, pero quien sabe si ellos estaban soñando con que Dios les lleva de la mano como a José. La historia quedó inconclusa porque llegó la hora de salir pitando para la misa en la parroquia, pero me fui repleto de Dios.
 
Tatenda! Los lunes son muy duros emocionalmente, pues las tardes las paso entre el hospital y la cárcel. De hecho, en el hospital vimos agonizando al Sr. Basam (animador de Cabvulancie). Sin embargo, este ratito con los chicos viendo como José se iba abriendo paso en medio de situaciones adversas, fue un bálsamo de alegría porque notaba que ellos se identificaban con esta historia, quizá pensando que Dios también les tiene preparado un final feliz. Y así es. Estoy seguro de Tú les irás abriendo caminos, y algunos de ellos te seguirán y encontrarán esa Vida que tanto desean aún sin conocerla.

jueves, 27 de marzo de 2025

Días como estos son los que dan sentido a una vida misionera

 

Chodzi, miércoles 19 y jueves 20 de marzo de 2025

San José

Cumpleaños de Estrella

 

            Es difícil describir lo que se siente en estas latitudes. Cruzar el río es casi un sacramento. Atravesar el río Zambeze es una experiencia religiosa. El ruido del motor del barco impide que los pasajeros podamos hablar, así que estamos todos contemplando las montañas, el agua, el cielo, los rayos de sol. Hoy tuve que esperar el barco tres horas y veinte minutos bajo un sol implacable, para luego hacer una travesía de una hora.

Al llegar ya el sol amenazaba con esconderse tras las montañas, pero un grupo de niños y niñas me esperaba junto al río. Enseguida comenzaron a cantar la bienvenida. Es un momento de alegría, que vivo con cierto dolor pensando en las horas que esas niñas y niños han estado esperando sentados al sol, y muy probablemente sin comer.

Al llegar a la capilla de Chodzi ya era de noche, así que rezamos el rosario y nos fuimos a dormir. El descanso no es muy reparador para quienes no estamos acostumbrados a dormir sobre una estera, pero igualmente se agradece por el cansancio del día.

 

 

Los primeros rayos de sol son los que marcan el comienzo del día. Esto que parece obvio, aquí se disfruta enormemente. Aquí se respeta el ritmo circadiano de la vida. Luego con mi baldito de agua y mi vaso, me di un baño estupendo entre cañas y totalmente imbuido en la naturaleza.

Siempre hay confesiones antes de la eucaristía, y como curiosidad, se confiesan todos los que van a comulgar. La misa durante la cuaresma pierde el esplendor típico de Mozambique, pero es igualmente vivida con fe. Desde que terminamos pasamos al encuentro con el alumnado de la escuela que siempre me sorprende gratamente.

En el río nos tocó esperar el barco más de tres horas, y reconozco que lo paso mal tirado entre piedras. Cuando llegó el barco todavía tuvimos otras tres paradas, y en una de ellas cargamos una moto, así que íbamos como sardinas en lata.

 

 

 

 

 

Tatenda! Felices y cansados llegamos a Songo, donde después de la misa tuvimos reunión de catequistas y animadores de Maravia para preparar la visita pastoral del obispo en mayo. Un día más que completo para dar gracias a boca llena, a pleno pulmón. Días como estos son los que dan sentido a una vida misionera, por eso te pido que me sigas dando fuerzas para salir y salir siempre.

 












sábado, 15 de marzo de 2025

Por haber tocado a mi puerta para pedirme millo, azúcar y jabón

 

Songo, martes 11 de marzo de 2025



El día comenzó con una linda visita. Llegaron un señor ciego de Mulumbua y su hijo que es alumno de nuestra escuela. Este hombre viene una vez por mes a pedir 20kg de millo, dos paquetes de azúcar y una barra de jabón. En cuaresma parece que estamos más predispuestos al compartir y sentí que su visita fue un regalo, pero sobre todo cuando le di a su hijo una bolsa de caramelos y me sonrió como si hubiese recibido un tesoro. El hijo hace de lazarillo para su padre y siempre me pregunto cómo hará para subir y bajar esa montaña sin ver nada.
Sin embargo, la gran sorpresa de este día llegó por la noche cuando llevé a las monjas a su casa. Mientras entrábamos en su casa, vimos que estaban todos los jóvenes aglomerados en el portón y no sabíamos por qué. Sin embargo, el misterio fue desvelado un minuto después: habían cogido a un ladrón en mi cercado robando piñas. Resulta que yo tengo un cercado de una hectárea donde siembro millo para el internado. El sábado nos robaron, pero no supimos quién fue. Hoy Sergio vio corriendo a un hombre con un saco saliendo de mi cercado y corrió tras él hasta que lo pilló. Cuando yo llegué lo habían amarrado para que no se escapara, así que le soltamos de pies y manos, y lo llevamos a la policía para denunciar el robo. Él solito entró en mi coche y cargamos también el “cuerpo del delito”, un saco de con unas 50 hermosas piñas que había cogido hacía un momento en nuestro cercado.
 
 
Nada más entrar, el policía que nos atendió le dijo: “¿Otra vez aquí? Estuviste la semana pasada”. La declaración en la policía fue breve. Yo dije que sólo lo llevé para que reflexionara y vea que eso de robar no está bien. La policía me dijo que sólo lo tendrían un día con ellos haciendo trabajos (barriendo, limpiando, etc…). Entonces, le dije al policía que iba al coche para vaciar el saco, pues el saco era de este sr. Julio, y también había un caldero y ropa que era suya. Vaciamos las piñas de millo en el coche y entramos nuevamente para devolver a Julio lo que era suyo, sin embargo, nos llevamos una triste sorpresa pues el policía le estaba golpeando con la porra, y paró al oír que la puerta se abrió. Me quedé frío, pues sabemos que eso pasa en todas las comisarías, pero nunca lo había visto.
 

Tatenda! Por la sonrisa de un niño al recibir caramelos; por haber tocado a mi puerta para pedirme millo, azúcar y jabón. Cuida de Julio. Estaba borracho y posiblemente robó para beber. Ojalá que cuando se le pase la borrachera, reflexione un poco y pueda mudar, porque los que aquí no cambian son los policías que hacen sentar en el suelo a los detenidos – y él ya es muy conocido en comisaría – y los golpean sin piedad.

miércoles, 12 de marzo de 2025

“Estuve enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a verme”


 

Songo, lunes 10 de marzo de 2025

 

Todos los lunes visito el Hospital Rural de Songo con el grupito de Pastoral de la Salud, y seguidamente me voy a la prisión con el mini-grupo de Pastoral Penitenciaria. Por lo tanto, la tarde de los lunes es siempre especial. Visitamos Pediatría y después me fui a ver Basam que es el animador de Cabvulancie para llevarle la comunión. Lo vi fatal, muy desmejorado, hablando con dificultad, muy delgado… y todo porque se pinchó en el dedo gordo del pie derecho, y en vez de venir al hospital se fue al curandero unos días y allí se le infectó de tal forma, que le tendrán que hacer un injerto de piel en toda la pierna.

Pero, lo que más me impresionó no fue eso, que ya lo sabía, sino la conversación sobre lo que está haciendo para conseguir sangre: comprarla. Vendió una vaca por la que le pagaron 15.000,00 meticales (unos 200€) para poder comprar sangre a familiares y conocidos. A cada uno le paga 2.000,00 por venir a donar. El hospital no tiene sangre, entonces pide a los pacientes que busquen donantes entre sus familiares y amigos, pero la gente sólo viene si les pagan. Muy triste. Me decía que su cuñado cobró, pero que su hermano donó gratis y lo decía con agradecimiento, como si no fuese lo lógico, lo normal. 

 

Al salir fui a buscar a la Hna. Irene y fuimos a prisión. Allí al terminar la catequesis me llovieron los jóvenes con papelitos pidiendo de todo: jabón, ropa, comida… pero me impactaron dos que venían con números de teléfono, pues desde que entraron aquí no se han podido comunicar con sus familias, por lo que estarán preocupados intentando saber qué ha sido de ellos. Estuve llamando a los números, pero sin éxito de momento.

 

Tatenda! Hoy la liturgia nos regaló el sentido profundo por el que vamos juntos como grupo al hospital y a la cárcel. Jesús nos decía: “Estuve enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a verme”. Y así lo vivimos… Cuánto sufres Jesús en estos enfermos que compran sangre y en estos presos sin derechos ni pan. Nuestra insignificante presencia es un pequeño salvavidas al que agarrarse. Agárrate fuertemente a mí Señor, porque quizá no sea yo quien “te salve”, sino Tú quien venga a rescatarme.