miércoles, 30 de abril de 2014
Me he sentido cura, y cura feliz.
Me he sentido cura, y cura feliz. Los niños y
niñas que tenemos en el grupo de monaguillos pasan los 25, y hoy tuvimos una
misa con ellos solitos. Fue fantástico. Nos dividimos en grupos: coro,
lectores, pueblo, monaguillos. Cada uno preparó su parte en menos de 20
minutos, y celebramos la misa del domingo. Me hicieron sentir un padre rodeado
de sus hijos e hijas, un padre que los quiere con locura y que sueña con ellos,
celebra la vida con ellos y les aconseja desde su experiencia de amor a Jesús.
Me
dieron una tremenda lección de alegría, de respeto, de adultez, y de amor a la
Eucaristía. Son fantásticos y los quiero con toda mi alma. Este grupito son el
futuro de esta parroquia, los futuros animadores y líderes comunitarios. Me
gustaría protegerlos de todos los peligros que acechan por estas latitudes, y
por eso rezo por ellos y cuido cada encuentro. A algunos los conocí antes de
nacer, jajaja, y a otros los encontré pequeñitos. Ahora son un grupo grande y
lleno de vitalidad, abiertos a la fiesta y listos para trabajar.
Ni
khensile! Qué regalazo! A cada uno los pongo en Tus Manos de Padre, y te pido
el don del amor y del discernimiento para poderlos acompañar como un padre,
como un amigo, como un hermano mayor y compañero de camino.
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