La directora de la prisión de Songo dijo literalmente: «Los reclusos viven en condiciones no-humanas», haciendo referencia a las instalaciones de la cárcel donde he pasado toda la tarde en ambiente de fiesta.
miércoles, 16 de enero de 2019
Separados por una simple alfombra.
Songo,
sexta-feira 21 de dezembro de 2018
La directora de la prisión de Songo dijo literalmente: «Los reclusos viven en condiciones no-humanas», haciendo referencia a las instalaciones de la cárcel donde he pasado toda la tarde en ambiente de fiesta.
Hoy celebramos la
Navidad de los Presos y fue una gozada. Es verdad que entre otros datos, dijo
que los presos sólo tienen dos comidas al día, no tienen máquinas de coser para
hacer un taller de costura y aquello es un lugar de mala muerte. Cierto. Pero
sin embargo, el calor humano que respiré hoy en esa prisión, donde había hasta
un preso (detenido) de 14 años, es absolutamente humanizador. La cáscara nos
puede engañar.
Otra de mis grandes
sorpresas fue ver que de los 2 horas y media que duró el acto, que tuvo
intervenciones a modo de breves discursos, casi todo el tiempo –más de una
hora- se la llevó el grupo de la Iglesia Adventista del 7º Día, que orientó la
oración y los cantos. Todos los presos y todos los presentes nos pasamos todo
el tiempo rezando, porque realmente es un pueblo de mucha fe, donde el credo no
es tan importante como acoger la nueva vida de Jesús. Además, este grupo
Adventista va todas las semanas a la prisión, lo cual es un gran gesto de
cariño para los presos, cosa que no hace la comunidad católica aquí. Ya tenemos
un nuevo reto.
¡Son tantos los
detalles que podría dar! No pidieron a nadie su carnet en la entrada; ni
pasamos por ningún detector, ni nadie nos revisó; además había niños, jóvenes y
adultos, que al final jugaban, incluyendo a la hija de 4 años de la directora
de la prisión. Siempre hubo un gran respeto, y podíamos acercarnos a los
reclusos porque estábamos separados por una simple alfombra. De hecho me
acerqué a saludarlos y hablar con ellos en dos ocasiones.
Además, estuvo
presente tanto el Juez del tribunal de Chitima, como la Procuradora, que son
quienes «han metido en prisión» a todos los presentes, y les hablaron claro de
cuál es su trabajo, y lo que desean para ellos, expresándoles sus buenos
sentimientos de reintegración social, etc… En resumen: me encantó. La guinda de
la tarde la colocaron el juez y la procuradora dando la libertad a un grupo de
unos 10 presos, que por sorpresa saldrán al acabar el acto. Tuve la honra de
dar el documento de libertad de uno de los presos, a quien di un fuerte abrazo
de felicitación.
Tatenda! La pobreza
absoluta golpea especialmente a los más pobres, y entre ellos a los privados de
libertad. Sin embargo, cuando una institución muestra cariño y respeto hacia
ellos, todo cambia. Vi más humanidad en este centro que en Las Palmas II, que
por tener tiene gimnasio, biblioteca, salón de actos, patios, canchas e incluso
una piscina que no se usa. Pero 1000v veces esta cárcel del distrito de Cahora
Bassa, a la de Gran Canaria.
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1 comentario:
Gracias a Dios, pueden pagar la condena, y no sufrir demaciado, eso se llama humanidad,
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