La misa de hoy fue muy especial porque una vez más «el pueblo tomó posesión de mi persona», es decir, hice la ceremonia de entrada como «párroco» (administrador parroquial) en San José Operario de Songo. No hubo grandes protocolos porque no tenemos obispo, no pudo venir el administrador apostólico, no pudo venir el vicario ni el arcipreste, Alberto fue a celebrar a Chirodzi y consecuentemente era el único cura. ¡Ah! Y como la Iglesia aún no tiene puertas, tampoco hubo entrega de llaves. Tan sólo tuve que leer el credo, se leyó mi nombramiento y firmamos delante de toda la comunidad. Aunque fue un acto sencillo y sobrio, yo no dejo de emocionarme, aunque de forma contenida. Confieso que estoy muy feliz, aunque sé que hay muchos asuntos que supondrán más de un dolor de cabeza.
jueves, 17 de enero de 2019
La Iglesia aún no tiene puertas.
Songo,
domingo 23 de dezembro de 2018
La misa de hoy fue muy especial porque una vez más «el pueblo tomó posesión de mi persona», es decir, hice la ceremonia de entrada como «párroco» (administrador parroquial) en San José Operario de Songo. No hubo grandes protocolos porque no tenemos obispo, no pudo venir el administrador apostólico, no pudo venir el vicario ni el arcipreste, Alberto fue a celebrar a Chirodzi y consecuentemente era el único cura. ¡Ah! Y como la Iglesia aún no tiene puertas, tampoco hubo entrega de llaves. Tan sólo tuve que leer el credo, se leyó mi nombramiento y firmamos delante de toda la comunidad. Aunque fue un acto sencillo y sobrio, yo no dejo de emocionarme, aunque de forma contenida. Confieso que estoy muy feliz, aunque sé que hay muchos asuntos que supondrán más de un dolor de cabeza.
Después de la
eucaristía tuve dos encuentros: el primero, con los padres y madres de los
niños que serán bautizados el día de Navidad; y el segundo, con los acólitos de
la parroquia. En el encuentro pre-bautismal pude ver el gran desorden que hay
en esta parroquia, pues no había nada preparado, y estuvimos discutiendo unos
15 minutos antes de comenzar porque los animadores veían que los asistentes no
estaban preparados. Sin embargo, con los acólitos disfruté, aunque son tímidos
y yo tampoco muestro todas mis cartas.
Pero, como suele pasar,
y esto es un verdadero misterio, donde sentí que «tomaba posesión» de la
parroquia fue en mi segunda visita a la prisión distrital de Cahora Bassa. Allí
fui con un grupo de 24 jóvenes para hacer una pieza teatral de Navidad, la
misma que hicimos en el Hospital. Los presos se lo pasaron en grande. Y al
final los presos, que habían preparado su actuación, bailaron y cantaron para
nosotros. Los jóvenes, sin dudarlo ni un momento, comenzaron otras canciones y
bailes, y acabamos bailando y cantos todos juntos. Fue muy hermoso, porque en
aquel patio, que es toda la prisión, justo detrás de ellos estaban cocinando
algunos presos, allí mismo estaba su ropa tendida, porque no hay más espacio
que el que se ve. Sin embargo, me envolvió el clima de acogida. Al salir, una
de las jóvenes dijo que como parroquia tenemos que venir a prisión con más
frecuencia para realizar alguna actividad social.
Tatenda kwene kwene! Me pareció un verdadero signo
del Niño que nace en el pesebre de los más pobres, el hecho de que los jóvenes
espontáneamente hayan descubierto esa realidad de dolor que es la cárcel, y
hayan decidido ser un motivo de esperanza y alegría para ellos. Que mi
ministerio en esta parroquia también sea una pequeña luz entre los más pobres.
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1 comentario:
Tenlo seguru, tu naciste para ser luz, y tu trabajo brillará, en medio de los más necesitados
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