Sábiè, terça-feira 03 de Março de 2009
Su hijo es precioso y tiene sólo un día de vida. Gordito, piel aún rojiza, arrugadito, con mucho cabello… para comérselo a besos. Estaba envuelto en una capulana bien tapadito y en brazos de su padre. Su madre había muerto en casa. Dio a luz aquella hermosa criatura en su casa, pero no echó la placenta y al día siguiente falleció.
Esto ocurrió en Sábiè, y hoy encontramos a su padre, un joven de unos 20 años, que había traído al niño al hospital para que le dieran leche, el hospital no tiene ni biberón. El padre tenía aspecto sereno y cuando nos vio fue corriendo para traernos y mostrarnos a su hijo. No dijo ni una única palabra. Sólo nos miraba.
Este es un drama, tristemente repetido en estas zonas rurales. Casi todas las mujeres paren en casa con parteras tradicionales. Esta semana hemos tenido dos casos de abortos caseros que se han complicado, aunque no han llegado a la muerte. Khanimambo! por los hospitales, los médicos y enfermeros que trabajan para que las mujeres no tengan que morir “sin razón”. Khanimambo! por la vida de este niño que nace en medio de la muerte para ser signo de esperanza y de vida.
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