¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!

Koboko, sábado 9 de Outubro de 2010
Lc 11, 27-28

Durante las misas me notaba cansado de ayer, sin embargo, después del almuerzo descansé y fui como una rosa al encuentro de jóvenes. Casi todas eran adolescentes, y estuvimos preparando la misa de mañana.
Al terminar nos unimos al dolor de una familia. Fuimos a visitar a un joven enfermo llamado Eduardo Cossa. Toda su familia es católica pero él no pertenece a ninguna iglesia, sin embargo lo visitamos y rezamos con él. Casi no puede caminar y está en los huesos. Dos síntomas que hablan claramente de SIDA. Además en esta semana pasada se murió un joven de Mahungu llamado Samora, y el jueves murió uno del campamento que trabajaba en la EDM. El SIDA sigue mermando la esperanza de vida de este pueblo.

Inkomu! “Mejor: ¡Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!” La mayoría de las que cumplen son mujeres: las mamás que hoy me acompañaron para visitar y rezar por Eduardo, las jovencitas que hoy estuvieron preparando la misa, las viejitas que estuvieron en misa en Matukwanyana, las Hermanas Pepita y Cariely que no paran de sonreír y acariciar a los niños… Todas son la imagen viva de María de Nazaret que hoy se me revelan como presencia significativa de Dios en medio de este pueblo.