viernes, 24 de octubre de 2014

Nos ayudó a reflexionar sobre nuestra inserción en la vida de la Iglesia diocesana.




Missão, quinta-feira 02 de Outubro de 2014
Santos Anjos da Guarda (Ángel)

                La triste noticia del fallecimiento de Victoriano Hernández (Víctor) en Máguez de forma repentina e inesperada, nubló un día que había sido muy bueno en Mozambique. Tuvimos el encuentro de la Vicaría Sur en la que participamos unos 30 sacerdotes, religiosas/os. La reflexión fue orientada por la Hna. Natércia de una forma excelente, con entusiasmo y desde el corazón. Nos ayudó a reflexionar sobre nuestra inserción en la vida de la Iglesia diocesana. Usó un estilo muy directo, muy bien preparado y con una sonrisa que nunca abandonó sus labios. Realmente hizo una exposición magistral en todos los sentidos, además usando cañón y sin leer lo escrito.

                De Matola nos fuimos a Maputo. Allí nos unimos nuevamente Cariely, Pepita y yo. Los DIREs siguen sin aparacer, fuimos al banco, cambiamos dinero y luego nos acercamos a la Nunciatura para recibir la carta de Propaganda Fidei. Cuál no sería mi sorpresa, que veo que en el número de protocolo aparece el “2012”, es decir, me han concedido lo solicitado hace dos años y no lo que les presenté en el 2013. Bien dicen que “las cosas de palacio van despacio. De cualquier forma 30.000$ USA son siempre bien recibidos en África.

                Después del almuerzo hicimos otras tareas y cuando ya estábamos de regreso (cada uno en su coche, porque Abreu entregó el Toyota a las monjas) leí un mensaje que me informaba del infarto sufrido por Víctor mientras estaba en el arenao’ plantando papas. Me quedé de piedra. El camino se me hizo muy largo, porque no quería llamar hasta llegar a casa.


                Ni bongile! Por la vida entregada de Víctor, sin buscar notoriedad, siempre trabajando, escuchando, sonriendo y con alguna broma socarrona escondida para alegrar la tarde. Te presento a Lidia, a Víctor, a Lidia Esther, a Macu, al niño y a todos los que amaron a Víctor. Dale ahora el merecido lugar de paz y un buen arenao donde pueda seguir plantando amor.

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