miércoles, 29 de octubre de 2014
La tiendita San Antonio
Missão,
quinta-feira 09 de Outubro de 2014
La ida a Maputo fue muy entretenida porque me
acompañaron el Pe. Belo, Ir. Marcia, Ir. Lurdes e Verónica. El padre Luís no
paró de contarme de cabo a rabo la visita pastoral, y la Ir. Lurdes ibas
haciendo “ganchillo” y hablando. A veces me sentí como en un manicomio porque
me hablaban los dos a la vez sin oírse el uno al otro durante un largo tiempo.
Prácticamente hice todas las
cosas importantes que tenía programadas en Maputo: reunión de misioneros con el
arzobispo (al que le entregué la carta de Propaganda Fidei), compra en Recheio,
pagar el impuesto de radio del Land Cruiser, conseguir el documento para la
renovación del DIRE… así que regresé temprano y feliz.
Al
llegar descargamos los productos de la tiendita San Antonio. Un servicio que
reabrirá sus puertas mañana para alegría de todos los vecinos. Me pasé un par
de horas colocando los precios a las cosas que estarán a la venta. Siempre con
un bajísimo lucro y un grandísimo interés de servir.
Después de varios cambios,
finalmente supimos que hoy a las 10am fue el entierro de Dª Fátima en la Misión
–la madre de Tomás-, porque su cuerpo estaba en descomposición. La espera se
debía a que su hijo el mayor estaba en Sudáfrica.
Ni
bongile! Cuando estaba comprando en el Mercado Central me encontré con una
señora muy simpática que me vendió la verdura. Le pregunté quién vendía fruta
variada y me indicó a un joven todavía más simpático. Me dijo que nunca había
visto a un hombre como yo (quiso decir “blanco”) tan simpático y agradable. Me
quedé impresionado porque yo no hice nada especial, pero él fue muy atento y
sonriente en todo momento. ¿Cómo será que los blancos tratamos a los negros
para que esto ocurra? ¿Nos verán todavía con actitud de conquistadores ricos y
avasalladores? Gracias por él y por su hijito sentado junto a la fruta.
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