viernes, 2 de agosto de 2019
Historias de fuegos y espíritus.
Songo,
quinta-feira 09 de maio de 2019
Las historias de Alberto son un libro abierto. Cuando terminó la misa nos
quedamos fuera charlando con dos amigos sobre el campo, las plagas, el
estiércol… un terreno donde Alberto se mueve como pez en el agua. La
conversación fue derivando y comenzamos a hablar del fuego, y Alberto nos contó
una historia de sus tiempos de Uncaña.
Era de noche y Alberto
estaba con un grupo de hombres. Se reía contando que en aquel tiempo, muchas
mujeres corrían de miedo cuando lo veían porque nunca habían visto un blanco.
De repente ven una luz que se mueve a lo lejos, y empiezan a preguntarse qué era
aquello. Alberto dijo que era fuego, pero todos los que le acompañaban dijeron
que era un espíritu. Para resolver el enigma, Alberto decidió ir a ver el
fenómeno más de cerca, como ya hizo en otro tiempo Moisés. Sin embargo, sus
amigos se negaron a ir porque sabían que era un espíritu.
Alberto se aproximó y encontró a una mujer que
traía un tronco en la cabeza que estaba ardiendo porque, como todavía se sigue
haciendo, transportan el fuego porque no tienen fósforos. La mujer no se
percató que una pequeña llama de fuego había quemado yerba a su paso, y de ahí
el efecto extraño en la distancia. Cuando Alberto vuelve les dice que era
fuego, ellos le responden: «No, Señor Padre, era un espíritu, sólo que como
tenía miedo de un blanco se transformó en fuego».
Tatenda! Tuve una mañana muy movidita con pequeñas
pijadas que me distraen, y la tarde fue tranquila. Hablé con Estrella... bastante tiene con el ciclón, los misioneros enfermos y el
proyecto de lepra. Imagino que cuando Estrella y yo seamos viejitos, si
llegamos, también tendremos historias de fuegos y espíritus. Danos
perseverancia y amor a la misión hasta el fin.
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