jueves, 22 de agosto de 2019
Tú hoy Señor te llamas Rosa
Songo,
domingo aos 23 de junho de 2019
Corpus
Christi
Mientras celebraba las Primeras comuniones en Songo,
recordé lo que fueron las de estos años pasados en Doctoral y el Castillo. ¡Qué
feas e injustas son las comparaciones! Pero no me cabe la menor duda de que
aquí estos niños, niñas y adolescentes tienen una cierta experiencia de fe.
El jueves y el viernes les di una catequesis a
quienes se preparaban para su Primera Comunión, y el sábado se confesaron con
Alberto. Hoy estaban todo seriecitos y no supe nada de sus padres o madres, que
no tienen bancos reservados ni flores ni florituras… cosa que agradezco en
grado sumo.
Y como suele pasar, el verdadero Cuerpo de Cristo
vivo apareció hoy en la persona de Rosa, una niña de seis añitos que lloraba de
hambre, y que estaba sucia de días y días sin bañarse, y que iba acompañada de
su padre Mario Domingos. Ambos me mostraron las llagas del Cuerpo de Cristo.
Llegaron pidiendo dinero para ir a Angonia. Providencial: les dije que mañana a
las 3 de la mañana saldremos juntos para Angonia, porque nosotros vamos a los
Ejercicios Espirituales en Satemwa.
Les di de comer un plato de lentejas y luego me
fui con ellos a la policía para que el Sr. Mário Domingos hiciese una
declaración pues no llevaba documentación alguna. Luego se fueron a recoger las
cosas que habían dejado en Canchenga. Cuando regresaron él estaba borracho como
una cuba. Muy triste. Cuando fui a despertarlo para la cena, no daba señales de
vida, así que los dejé dormir porque mañana saldremos muy temprano.
Tatenda! Tú hoy Señor te llamas Rosa pequeña,
llorosa, sucia y con el vestido roto. Esta es la fiesta del Cuerpo de Cristo
que ha venido a tocar a mi puerta. He podido compartir mis lentejas Contigo,
Con-ella, Con-ellos… Ha sido una linda eucaristía de Corpus, poder compartir el
pan con los pobres, y arrancarte sonrisas con caramelos y con un trozo de
tarta. Gracias por visitarme, y sigue cuidando de Rosa abandonada por su madre y
mal cuidada por su padre… Sólo Tú podrás velar sus sueños de pan, de abrigo, de
agua, de mamá, de hogar… sus sueños de niña.
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