Missão, domigo 21 de
Julho de 2013
Domingo sin sobresaltos. Quizá hermoso por
los niños. Rodrigo pasó consulta en Ligongolo después de la misa, y como sólo
tenemos la capilla, allí atendió en el altar a los que iban pasando. Casi
cuando nos íbamos se acercó una madre deficiente mental que tiene 2 hijos de
padres desconocidos, y puso a su hijito de 2 años sobre la mesa porque estaba
constipado. Al momento varias personas comenzaron a decir que aquel niño no
andaba, así que con la alarma, Rodrigo le hizo un examen más completo:
realmente lo primero que vimos fue una desnutrición severa, un posible retraso
mental y, quizá a consecuencia de todo eso, una deficiencia física porque de
hecho no consigue andar.
Después
de estar unos cinco minutos con el bebé, se echó una meada de campeonato en el
altar donde lo examinaba.
Inkomu!
Quizá sea un sacrilegio orinar en un altar, lo que no debe serlo es querer
curar a un bebé en un altar, donde creo que Tú mismo simbolizaste que es
necesario dar la vida por los pobres, partir el pan, entregar la vida para
generar vida nueva. Tú derramaste sangre y este niño orina, de miedo y frío, de
dolor e impotencia, como Tú que por amor te sigues derramando en nuestros
corazones.
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