miércoles, 27 de enero de 2016
Una FIESTA
Vila de
Sábiè, Domingo 6 de Setembro de 2015
Para los que íbamos a la fiesta de clausura
del Jubileo Archidiocesano de Maputo, amaneció a las tres de la mañana. A las
3.45h ya estábamos un grupito esperando el chapa delante de mi casa. Sin
embargo, sólo conseguimos salir a eso de las 5am, debido a nuestros problemas
de siempre: Paco entró en el matope; uno de los chapas tuvo que ir a Korumana
porque tenía una rueda desinflada; etc… Sin embargo, llegamos a una buena hora
al estadio de Machava.
Nada
más llegar nos encontramos con D. Alberto (obispo auxiliar de Xai-Xai) a quien
saludamos con toda naturalidad porque es un hombre normal (para ser obispo,
digo) y luego entramos en el estadio. La gente iba llegando y llenando el
estadio aunque no llegó a su 100%. Saludamos a tantos curas y amigos. Era una
fiesta.
Sin
embargo, el primer golpe nos lo llevamos cuando tuvimos que esperar 20 minutos
para comenzar la celebración porque no había llegado la Primera Dama de
Mozambique Dª Isaura Nyusi. Hoy la segunda lectura hablaba de eso mismo (23º
Domingo del Tiempo Ordinario, año B), de cómo los cristianos no podemos dar los
lugares de honor a quienes visten con anillos, dejando a los pobres sentarse en
el suelo. Las palabras de Pablo se cumplieron porque estuvimos más de 20
minutos parados de pie en la procesión de entrada esperando a la señora del
anillo de poder.
Luego
la celebración transcurrió bien, salvo que hubo desmayos por el calor tan
aplastante. Los momentos más celebrados fueron el ofertorio y la acción de
gracias en la que salimos también los curas a bailar, y luego nos siguieron las
monjas y también las autoridades civiles y los obispos.
Tras
la eucaristía nos quedamos a comer en las gradas, pasando de largo de la
invitación que nos hicieron con todas las autoridades. Fue nuestro momento de
rebeldía ante tanto despilfarro económico. Y también disfrutamos de las
actuaciones que hubo en el estadio en un ambiente tranquilo y festivo.
Ni
bongile! El regreso fue a 100km/h así que no tardamos en llegar. Y yo como no
tenía luz ni carga en el teléfono, computador y linterna, me vi obligado a
pasear para no acostarme a las 18.30h. Cuando me pareció mi fui a la cama
cansado y agradecido por personas como Pepe que han construido esta iglesia de
Maputo a base de horas de trabajo y de amor abnegado.
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