El problema de hoy es que ha llovido muchísimo. Por eso tuvimos dificultades para llegar hasta el río, porque se forma mucho barro. Una vez allí, el río estaba tan sucio que apestaba. Claro que con las lluvias bajaba toda el agua con fuerza arrastrando toda la suciedad y la arenilla. Aún así decidimos coger agua porque no teníamos nada.
Luego llegó el problema número 2: cuando salíamos el coche se hundió en el lodo y tuvimos que empujar. Llevábamos zapatillas, pero se quedaron hundidas en el fango que nos llegaba a los tobillos. Era difícil caminar, cuánto más empujar un coche con 1000 litros de agua encima, pero lo conseguimos poniendo ramas y mucha fuerza (éramos 5 hombres).
Cuando acabamos y me duché el agua salía marroncilla, pero me parecía cristalina como el agua del Burrero un día de Octubre.
Gracias Señor por el agua, gracias por el río Sábiè, gracias por la fuerza que nos das. El agua de la lluvia la aprovechamos en baldes para beber y la del río para ducharnos, pero es tu Agua la que nos da Vida. Gracias por mi bautismo, por las aguas del parto de mi madre, por las aguas que salieron de tu costado abierto, por las lágrimas derramadas por las personas amadas, por el río y la lluvia, por el mar que baña las islas enamoradas. Kanimambo
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