Con la vela y la linterna he pasado mis buenas horas nocturnas leyendo “La catedral del mar”. La verdad es que me agrada vivir sin luz eléctrica, aunque no dejo de ver las ventajas de tenerla. Por ejemplo, ya tengo el móvil sin batería y sin posibilidad de cargarlo.
Nosotros y la maestra somos los únicos que tenemos luz eléctrica. También el profesor Albino tiene una batería que carga aquí en casa para poder tener luz en la suya. Somos los tres unos vecinos de la misión que tienen luz, el resto está con velas y viviendo al ritmo del Sol y la Luna.
Gracias por el Sol y por la Luna Llena de estas noches, ambos nos alumbran de manera natural, y nos ayudan a sentir parte integrante de la naturaleza. Dormimos cuando duermen las golondrinas, las vacas y las cabras. Acompasados al ritmo de la Luz que Tú nos diste, de tu Luz.
Que Jesús que es nuestra Luz ilumine nuestros pasos de noche y de día, que su Palabra ilumine nuestro corazón y nuestro entendimiento, como el Sol-Djambo y la Luna –Mweti para que vivamos según el ritmo de tu Voluntad día y noche.
Sábiè, quinta-feira 13 de Novembro de 2008
Yo estaba de libre oyente, intentando coger algunas palabras sueltas de todo lo que se hablaba. Y al mismo tiempo estaba de observador, viendo las caras de todas ellas mientras los seminaristas contaban sus experiencias.
Hay una señora que no paraba de reírse, otra que viste de negro riguroso y que nunca le he visto la más mínima expresión en su rostro, también hay un grupo de jóvenes con sus niños acuestas.
Fue simpático cuando Jesús preguntó el nombre del Papa actual y nadie lo sabía. Se miraban unas a otras como preguntándose si eso era importante saberlo, y se reían. Una joven se atrevió a decir Juan Pablo II, pero el seminarista le dijo que no. Hasta que al final Jesús reveló el nombre del nuevo Papa: Bento. Habemus Papam!
Realmente debo confesar que yo también me reí mucho con lo del Nuevo Papa para Sábiè. Y es que aquí la Iglesia católica son las cuatro viejitas y el cura que las ayuda, y las jóvenes que cantan, y los niños y niñas que van a misa y ensayan los bailes. El Papa nos queda muy lejos, aunque en realidad no sé si es él quien está lejos de este pueblo. Hoy te pido por los padres, los obispos y el Papa, para que siempre estén con su pueblo y sientan su amor y sus sufrimientos. Tú naciste y creciste en medio de nosotros y llegaste a sufrir hasta la muerte de los esclavos. Kanimambo! Que con los ojos fijos en Ti, sepamos también nosotros vivir con los pequeños de la Tierra.
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