Si ayer fue chungo, hoy fue el remate. A las 3.45 ya estaba en pie porque tuve que llevar a la guagua al Pe. Abilio que salió para Maputo por una semana. Cuando regresé, sobre las 4.15 cargamos el coche con bloques, sacos de basura y tierra para la casa del Sr. Olimpio. Dimos dos viajes, y eso hizo que llegase a las 6.15 a la misa de las monjas, y sin preparar nada.
La visita de Manos Unidas fue bonita. Nos visitaron Fernando y Miguel Ángel que son voluntarios encargados de Mozambique. Les mostramos toda la parroquia y todas las actividades que se desarrollan en la misma: alfabetización, guarderías, orfanato, costura… y visitamos también la comunidad de San Matías. Se fueron muy felices al ver que todo iba según lo acordado, exceptuando los plazos de la construcción de las 4 salas.
En medio de tanta agitación, el único oasis fue Zuzé que nos perseguía por todas partes hasta que le di manices y lo subí en el coche. Los niños te distraen de lo banal y te concentran en lo único verdaderamente importante.
Por la tarde, ni contar. Entré a las 16.00 en el archivo para hacer la lista de avisos y salí a las 20.00h. La maleta a medio hacer…
…y mañana me espera una mañana agitada, pero te tendré muy presente. No me olvidaré de Zuzé, de su sonrisa, de su corazón pequeño y pero lleno de sufrimientos y sueños, de inocencia y de Ti. Él me ayuda a recordar que sólo Tú eres importante, Tú en el otro, en el pequeño, en el niño de la calle.
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