1º Aniversário da nossa chegada em Moçambique
Es una auténtica bendición celebrar mi llegada a Mozambique, el mismo día que toda la Iglesia celebra el DOMUND. Cosas de Dios. Por tanto, ya estaba más que ambientado para vivir este día con gran alegría y disposición misionera. Un día para orar por todos los misioneros, especialmente por el IEME y por aquellos que entregaron su vida anunciando el Evangelio.
Despedida en Vaz, providencial porque no contaba con celebrar allí la misa, y luego en la comunidad de San Lucas que tenían su fiesta patronal. No fue fácil decir “adiós”, sobre todo porque no paraba de oír “xiii!”, como quien dice: “la que nos viene encima”. La comunidad está muy habituada a misioneros y ahora no quiere a los curas diocesanos.
Los misioneros tenemos una tarea subsidiaria, es decir, que suplimos al clero local hasta que éste pueda asumir su misión con su gente, y luego debemos desaparecer como la sal en el agua del mar. Ayúdanos a saber estar y a saber decir adiós y gracias. Takhuta! Por este año en Mozambique donde me siento tan cerca del corazón de la humanidad, tan cerca de Tu Divino Corazón.
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