Después de un primer intento fallido, hoy tuve mi primera clase de Chisena. Mi profesor es el Sr. Mateus, un antiguo animador de esta comunidad de San José de Munhava. Toda una institución que no pesa 30 kilos. Pequeño y casi raquítico, pero lleno de fuerza y de vida.
Me hacía gracia porque él me hablaba como si yo le estuviese entendiendo. Él es Sena pero no conoce su gramática, así por ejemplo tuvimos grandes dificultades para conjugar el verbo ser, y finalmente lo sacamos de un libro. Él me corrige cuando yo pronuncio mal, e intenta que haga bien las entonaciones.
No sé si es mi mala cabeza, pero no se me queda ni una palabra. Como recuerdo voy a escribir lo que fue mi primera clase en Chisena, con el firme deseo de que algún día me pueda reír de mi mismo, por haber pensado que el Chisena era una lengua imposible.
-Bom dia
-Mwatcherwa?
-Ande, ine ndatcherwa pyadidi
-Penombo imwe kunhumba kwano
-Ande, ine ndatcherwa pyadidi, na mbambvu za Mulungu
“El que tenga oídos para oír que oiga”. En este camino que comenzó hoy, y me llevará quizá toda la vida, ayúdame a no desanimarme, a no resistir a la tentación de la comodidad. Cuento Contigo Señor, envíame tu Espíritu.
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