jueves, 8 de enero de 2009

2,3,4,5 enero 2009 (Renovación bautismo/ Misa privada con pueblo/ Café contemplativo/ Latifu-Día de Reyes)

Sábiè, sexta-feira 02 de Janeiro de 2009

Después de la oración de vísperas, ya en medio de la oscuridad de la noche, me fui al río. Tenía miedo porque hay mucho bicho suelto por aquí, pero no podía dejar pasar este día sin renovar mi bautismo. Eso lo aprendí en el año 2000 de Leonor Perdomo, y desde entonces cuando llega este día me acerco a una pila bautismal para renovar las promesas que mis padres y padrinos hicieron por mí.

Aquí no tenemos pila bautismal, pero tenemos el río Sábiè, que para mí fue como el Jordán. En la más absoluta soledad y oscuridad, acompañado por la triste luz de una Luna en cuarto creciente y unas luciérnagas juguetonas, me sumergí en el río “En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” agradeciendo a Dios esta nueva vida…

…Vida perdida en un rincón del mundo totalmente insignificante, como lo fue Nazaret; vida llevada de la mano de Dios por caminos que nunca pude imaginar; vida rebosante de agua y de luz de Luna; vida que quiero para los demás y para Ti. Khanimambo! Ni ko!

Sábiè, sábado 3 de Janeiro de 2009

Aniversário do meu padrinho Chencho

Baptine y la misa de las 11’00, podría ser el título de una película que ocurrió hoy y que, por algún extraño error, no fue filmada. Llegué a Baptine con la esperanza de que a las 08.00h celebrásemos la eucaristía. Debido a que Jesús continuaba para Mavungwane y Matukwanyane, llegué a las 7,30 a Baptine, así que me puse a esperar debajo del árbol donde celebramos la eucaristía.

La primera en llegar fue una niña de 13 años llamada Sandra. Me hablaba en changana por lo cual no le entendía ni papa de lo que me intentaba decir. Yo le repetía en changana que la misa sería a las 8 ó 9 de la mañana, hoy y aquí. Ella asentía, pero nadie llegaba. Estuve practicando con ella mi rudimentario changana, aunque con gran dificultad ya que ella no sabe casi nada de portugués, y no entendía mis preguntas.

Luego me dediqué a sacar fotos: ¡bendita cámara! Saqué fotos a bichos, aves y flores, al paisaje encantador, a la escuela, a un cementerio familiar y al Centro de Salud. Se me fueron pasando las horas, y cuando miré el reloj ya eran las 10:30, y “sin moros en la costa”. Seguíamos solos, Sandra y yo. El pueblo era un inmenso desierto humano, aunque repleto de vida vegetal y animal.

A las 10:45 comienzo a ver movimiento. La gente estaba regresando de sus machambas, y rápidamente se prepararon para celebrar la eucaristía con 3 horas de retraso, y sin prisas. Como aún no había regresado Jesús, comencé la misa de Navidad porque ya habíamos intentando celebrarla el sábado pasado sin éxito.

Para mi “desgracia” no había ni un solo cristiano, ni un solo bautizado, y aunque eran unas 20 personas, ninguna de ellas conocía las respuestas de la misa, ni cantos, ni sabía leer. Así que “me cociné todo yo solito”: entonar cantos, responder (hasta el “amén”), leer todas las lecturas, y evidentemente comulgué yo sólo. Así que a todos los efectos fue una “Misa privada, con pueblo”, acompañada por el pueblo de Baptine (jajaja).

Debo confesar que lo pasé mal, porque aún no tengo tanta destreza con el Changana como para celebrar así. Me acordé de alguna misa en Guinate, cuando faltaba Trina, en la que –creo que por vergüenza- las 3 viejitas (María Hernández, María y Josefa, q.e.p.d) casi no respondían ni cantaban.

Acabamos con la fiesta de Navidad, compartiendo galletas y zumo, lo cual me ayudó a olvidar un poco el maltrago que acababa de pasar. Khanimambo! Esta es mi nueva realidad. Aquí me voy a curtir como misionero de primera evangelización. Aquí estoy! Ni ko! Para lo que Tú quieras.

Sábiè, domingo 4 de Janeiro de 2009

A veces las cosas importantes se nos escapan por su simplicidad. Hace unas semanas que tengo un momento muy especial cada día. Me levanto a las 04:45, saludo a Octavio y luego me voy a la cocina a prepararme un café de cafetera.

Es una cafetera de 3 tazas que cae de una sola vez. Abro la puerta de la cocina y me siento en el rellano o quicial. Desde allí contemplo el amanecer, miles de pájaros que vuelan en bandas, las vacas y las cabras que comienzan a desperezarse, la vegetación que gana un color especial, el cielo y las nubes que saludan al Creador.

A veces llueve, pero no renuncio a cumplir mi ritual. Si me tengo que mojar, me mojo, porque además a esa hora no pasa nadie por estos caminos. De tal forma que me prepara para meditar, para pensar, para agradecer, para entrar con buen pie en el nuevo día.

Después de tomar mi “café contemplativo” subo y preparo el desayuno. Luego regreso a la habitación y leo un rato, hasta las 06,15 que tenemos Laudes. Aunque hoy tuve misa aquí en la Misión y Kurrumana, por lo que tras la lectura desayunamos.

Lo de la misa en Changana sigue siendo una batalla con la lengua, así que Khanimambo por ese “momento café” al más puro estilo del que nos echábamos en la Villa, y que tanto bien nos hacía. Es un momento en el que me siento llamado a vivir, a contemplar, a sentirme una criatura de la Creación capaz de gozar con la obra de Tus Manos. Khanimambo!


Sábiè, segunda-feira 5 de Janeiro de 2009

Aniversário natalício de Mariforina e Inés

Fuimos a Kurrumane para recoger a un joven llamado Latifu. Trabajaba en Sudáfrica y tuvo un accidente en la pierna. Regresó y estuvo ingresado en el Hospital José Macado, luego fue enviado al Hospital Central de Maputo de donde se escapó. Creo que oyó la palabra operación y tuvo miedo. Además la soledad sería otro factor decisivo para la fuga.

Cuando llegamos a su casa estaba aún durmiendo. Salió arrastrando aquel pie vendado con un “trapo sucio” y luego se lavó la herida con un balde de agua aún más sucia. Nos mostró la herida que casi me da náuseas. Un agujero negro del cual no conseguí ver el final. Se vendó nuevamente, cogió sus muletas de palo, de esas que se ponen por debajo de las axilas, y nos fuimos a Moamba.

Allí habíamos quedado con la Dra. Ana, que según vio la herida le dijo que ya había llegado al hueso, y que por eso no le dolía. Que tendría que volver al Hospital Central, hacerse una radiografía y posiblemente operar para eliminar el trozo de hueso muerto. La Doctora se comprometió a enviarlo a Maputo en ambulancia.

Continuamos el viaje. Habíamos quedado con Pepe y Vicente para hacer los regalos de Reyes a las monjas del Asilo y a las Pilarinas. Entramos en un supermercado chino, y compramos muchas chorraditas y 2 jarrones chinos de regalo. Luego almorzamos y de allí fuimos a comprar las capulanas de playa.

Después de dar muchas vueltas buscando las capulanas, llegamos al Asilo, nos disfrazamos con unas telas saharauis, pelucas, guirnaldas, máscaras… En teoría éramos los 3 Reyes Magos y un paje, pero en la práctica éramos 4 espantapájaros. Lo pasamos en grande cantándole un villancico compuesto por Jesús y dándole a cada una su regalo.

Después de comerme unos polvorones de Tejeda, almendras rellenas de Tejeda y chocolatinas Tirma, que le habían llegado hoy a Sor Estrella, nos fuimos para casa de las Pilarinas. Entramos por la puerta trasera, nos disfrazamos y les dimos la sorpresa. Nos reímos muchísimo viendo a Maricarmen feliz como una niña que ve por primera vez a los Reyes. Allí cenamos, charlamos, contamos historias y descansamos del palizón.

La verdad es que no me esperaba un “Día de Reyes” como éste. El año pasado recuerdo que casi me pasó desapercibido, o lo olvidé, pero este año lo celebramos como en las Islas. Khanimambo! También recibí regalos: colonia y after shave, jabón, champú, productos navideños de las Islas, y sobre todo muchísima alegría. Te pido salud para mi nuevo amigo Latifu, y fuerzas para vencer el miedo al dolor y a la soledad, y que también a él lo visiten los Magos de Oriente trayéndole alegría y paz. Khanimambo!