miércoles, 15 de noviembre de 2023

Por el coraje de la población de Chidengule que construye su escuela


 

Songo, 07 de noviembre de 2023


92º Aniversario de Zoila Rosa, mamá de la Hna. Irene

 

            Fui por primera vez a Chidengule, y fue llegar y besar el santo, pues desde que acabó la misa, en el momento del diálogo y las presentaciones, me pidieron que abriese una escuela. Ya me lo esperaba, porque me habían llegado rumores sobre este tema, sin embargo, no dejo de pensar en mis capacidades para poder gestionar tantas escuelas y tan distantes unas de otras.

            Chidengule parece un lugar bonito y con un pueblo muy pobre pero muy bien organizado. En muy poco tiempo construyeron un alpendre y ya están haciendo la escuela-capilla, pues aquí todo es multiuso. Me impresionó el líder en su discurso pidiendo la escuela, pues mostró un doloroso sentimiento de inferioridad, pues dijo literalmente: “Mi abuelo era un bruto, mi padre fue un bruto y yo soy un bruto”, haciendo referencia a que no sabían leer ni escribir. Sin embargo, es un grito en rescate de los niños y niñas que están comenzando a dar sus primeros pasos en este mundo, y creo que lo dijo para abrirles una puerta a la esperanza.

 

 

            Cuando salimos de ahí fuimos a Chodzi donde grabé los primeros vídeos para el CEIP Carlos Socas Muñoz, pues en estos días me comunicaron que la Carrera Solidaria irá destinada a nuestras escuelas de Maravia. De todo, lo que más me impresionó fue cuando recogí los papeles con los nombres del alumnado de Carlos Socas, pues estaban casi todos muy sucios, habiendo sido tocados sólo con dos dedos de cada niño. Aquí siempre tenemos las manos sucias,   y los niños más, pero nunca imaginé que tanto.

 

            El regreso fue casi terrorífico. Habíamos ido en mi barco y yo era el patrón. Nos pasó de todo: se nos hizo de noche y no teníamos luz; se nos estropeó un motor; tuvimos que llevar a unas señoras a Mulumbua y gastamos casi todo el combustible; me estrellé contra unas piedras intentando atracar; se rompió la dirección porque un saco de millo estaba sobre ese cable que une el volante con los motores, y tuvimos que hacer todo el trayecto sin poder usar el volante; y ya al final, casi nos estampamos contra un armazón de hierro, aunque nos salvamos por unos pocos centímetros. Nunca más.

 

            Tatenda! Por las huellas de los deditos de los niños en los papeles con los nombres de sus amigos canarios. Tatenda! Por el coraje de la población de Chidengule que construye su escuela, como quien construye futuro. Tatenda! Porque en medio de la oscuridad durante más de dos horas de trayecto, finalmente llegamos a “buen puerto” sanos y salvos.

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

Los pobres nos evangelizan




 

Songo, domingo 29 de octubre de 2023

 

 

 

            Tocaron a la puerta muy suavemente un poco antes de las 6 de la mañana, y Alberto fue a ver quién era. Como Alberto hizo un ruido extraño, me acerqué para ver qué pasaba y me encontré a un señor tirado en el suelo. En seguida vi una silla de ruedas y comprendí que era el Sr. Tololo. Él es discapacitado, pues sus piernas son pequeñas y parece que no tuviesen fuerza en los músculos, así que siempre va, o arrastrándose o en silla de ruedas. Las paradojas de la vida han hecho de él un buen zapatero, así que cuando hay algún pequeño arreglo que hacer le llevamos nuestros zapatos. Aunque debo confesar que le entregué unos el año pasado y todavía no me los ha devuelto.

            Hoy vino con una borrachera de campeonato diciendo que tenía hambre. Le pedí que esperase un poco, y le preparé un bocadillo de mantequilla y un té para desayunar. Se sentó en una silla, y yo le puse otra en frente y un banco para que le sirviesen de mesa. Cuando ya quería volver a entrar en mi casa para rezar laudes, me doy cuenta de que él, había dejado el té y el bocadillo sobre la silla para hacerse la señal de la cruz y rezar en silencio. Borracho como un chuzo me dio una gran lección, porque no me esperaba ni remotamente que diese gracias a Dios por aquel triste desayuno.

 

            Tatenda! Los pobres nos evangelizan. Tololo totalmente ebrio y después de toda una noche bebiendo, no se olvidó de darte gracias por aquel pan, que para mí se convirtió en eucaristía. Él hoy fue tu presencia en mi casa. Hoy nos visitaste, y nuestro gesto de compartir el pan Contigo, se convirtió en una verdadera eucaristía, porque ¿quién podrá negar tu presencia en ese trozo de pan y en ese vaso de té? Señor, sigue tocando a mi puerta cada domingo. No dejes de visitarme. Aquí estaré siempre para lo que Tú desees, aunque vengas en silla de ruedas, arrastrándote o borracho, aquí es Tu Casa.