jueves, 10 de octubre de 2024

El reto de amar siendo puente entre Mozambique y Canarias


Songo, miércoles 09 de octubre de 2024
 
 

La llegada a Mozambique fue un verdadero aterrizaje forzoso. Nada más llegar a Tete me di cuenta de que me habían robado en el avión; al día siguiente me hago consciente de que nuestra Cáritas Diocesana de Tete sólo tiene unos 42 € para sobrevivir, y además cargadita de deudas a los trabajadores y sin dinero para algún proyecto; ya en Songo me viene a ver la hermana de Luís, llorando a lágrima viva con 18 años, sin trabajo, viviendo sola -porque sus hermanos se fueron a Casindira- y huérfana de padre y madre. Además, el domingo en el Consejo Pastoral Parroquial me informaron que después de robar toda la instalación eléctrica de la capilla de Ntra. Sra. De los Dolores, además comenzaron a robar el techo. Y para rematar la jugada, llamé a Manuela de Cáritas para informarle y me soltó que Yuri ya está perdido, que no se sabe dónde vive, que no va a la escuela, que roba; y además, de momento estoy sin coche porque se averió estando yo de vacaciones… Y confieso que no sentí ganas de coger un avión para Canarias, sino más bien me sentí extrañamente feliz, porque Dios me hace ver, una y otra vez, que aquí es donde debo estar.
 
Es verdad que no he contado todo lo bueno: la misa del domingo, con una linda bienvenida con regalos incluidos; la sonrisa acogedora de Baba; el abrazo de las niñas del internado a mi alrededor; el regalo de cada encuentro con los jóvenes y niños; en fin, el regalazo de sentirme en casa.
En estos días he pensado mucho en mi paso por Canarias: en tantas personas que pude visitar y en otras que no conseguí ver; en la increíble solidaridad de mi pueblo canario con Mozambique; en la Delegación de Misiones y el trabajo tan lindo que están realizando sin parar desde el verano y empatando con el DOMUND; en mi familia que tantas alegrías me da siempre; en las parroquias que pude visitar y que me regalaron siempre unas puertas abiertas y muchas sonrisas.

Tatenda! Todavía estoy con el buen sabor que dejaron en casa los misioneros canarios, y sintiendo su cercanía en este día de elecciones en Mozambique. Hoy te doy gracias por todo lo vivido desde julio hasta aquí, pero sobre todo, te agradezco que sigas confiando en mí para nuevos y viejos desafíos: el reto de estar presente en este contexto de misión ad gentes; el reto de ser amigo de todos; el reto de la lengua Cinyungwe; el reto de amar siendo puente entre Mozambique y Canarias, queriendo unir dos pueblos desde la fe y el amor.