viernes, 12 de septiembre de 2025

50º aniversario de la Independencia de Mozambique

 

Songo, jueves 25 de junio de 2025

50º aniversario de la Independencia de Mozambique

 

Alberto estuvo lavando la loza por la mañana. Por ser un día festivo, el Sr. Xavier no vino, así que Alberto se puso el delantal y lo dejó todo limpio y ordenado. Yo fui a la plaza de los héroes mozambiqueños para celebrar no sé muy bien qué, pues lo que fue la independencia de Portugal acabó por convertirse en el colonialismo de la FRELIMO, de la corrupción, del comunismo que todo lo controla y que no entiende de libertad.

Tenemos pocos días al año tan tranquilitos, donde nadie toca la puerta, donde no hay trasiego de personas que entran y salen, así que aproveché para avanzar con la preparación de la charla sobre los consejos evangélicos a los juniores de Tete, que me pidieron que oriente en Marara este sábado.

 

Tatenda! Alberto vivió aquí el colonialismo portugués, la independencia mozambiqueña y la dictadura de la FRELIMO, y aquí permanece impertérrito y sin parar de trabajar y de orar por este pueblo. Para mí, celebrar la independencia tiene sentido por él y por tantos otros que, como Vicente, Pepe o Luís García Castro, trabajaron por una verdadera libertad desde el corazón del Evangelio. Señor, danos Albertos, Luíses, Vicentes y Pepes mozambiqueños que nos devuelvan la libertad y la independencia de tantos nuevos colonialismos del siglo XXI.

Pasé, en menos de 30 minutos, del lujo a la pobreza extrema.


 

Chiputi, lunes 23 de junio de 2025

 

            Mientras escribo estas primeras líneas estoy en el barco. Conmigo está una mujer que tapa a su hijito de unos tres años con una capuluna para atajar el frío. Le va dando vueltas hasta que sólo se le ve su cabecita. Estamos todos cansados de esperar el barco durante horas, y ya la gente se está quedando dormida. Son las 17H:47 y anochece.

            Conmigo viaja un albañil y un carpintero. Todavía nos faltan unos 20 minutos para llegar a Chodzi, y posteriormente unos 30 minutos a pie hasta encontrar las motos, para luego hacer una hora y media en moto hasta llegar a Chiputi, conduciendo en medio de una noche cerrada y fría.

            La mañana la pasé a todo meter, pues estuve haciendo todo lo que tenía que hacer antes de mediodía, que era la hora prevista para recibir al Presidente de la República en la carpa de HCB con motivo de los 50 años de la empresa bandera de Mozambique. Sin embargo, pasó lo de siempre, eran las tres de la tarde y el presidente Daniel Chapo no había llegado, por lo que tuve que dejar la fiesta e irme al río. Pasé, en menos de 30 minutos, del lujo a la pobreza extrema. Como todos los invitados sabían que el presidente se iba a retrasar, yo estuve solo más de una hora en un salón con más de 1200 sillas y un banquete listo con una ornamentación cuidada al mínimo detalle. Confieso que nunca había estado en un lugar tan elegante, y me alegro de no haber participado en este evento tan fastuoso. Realmente no pensaba ir, pero el obispo me llamó para decirme que debía asistir en su nombre.

            Ahora escribo sentado junto al fuego en Chiputi, a donde llegamos a las 20H:10. Estamos un grupo de niños y hombres alrededor del fuego.

 

            Tatenda! Te agradezco el fuego y la presencia de toda la comunidad esperando nuestra llegada. Te agradezco que me hayas alejado del derroche y del despilfarro, y me hayas traído a un lugar donde el fuego es nuestra luz, donde las manos son nuestros cubiertos, donde nuestra cama es una estera a ras del suelo, donde la alegría verdadera se ve en los rostros y no en las ropas. Tú me has enviado Señor para anunciar la Buena Nueva a los pobres, junto al fuego en medio de la noche.