sábado, 29 de octubre de 2011

2 Mondlane, vamakwerhu va Rádio Tamaraceite!




Martes, 18 de Octubre de 2011

Mondlane, vamakwerhu va Rádio Tamaraceite! Hi kona!

Escuchen lo nos dice hoy Jesús: “Tengan ceñida la cintura y encendidas las lámparas” El lunes 19 de Septiembre tuvimos la reunión de todos los 10 enfermeros que trabajan en los Puestos de Salud “Kupfunana” (que significa, ayudarse mutuamente) y que son responsabilidad de esta Misión de Sábiè. Algunos de esos Puestos de Salud llevan funcionando más de 2 años y los que menos 10 meses. Durante los últimos 5 meses estuvieron a su libre albedrío por diferentes razones, y al llegar nosotros hemos detectado muchas irregularidades en los Puestos de Socorro: un enfermero trabajando borracho, otros que atrasan horas y no cumplen los horarios, otros que faltan sistemáticamente al trabajo, otros que dejan a personas ajenas curar heridas como si fuesen socorristas, además de mucho desorden y suciedad, etc… Son las pobrezas de los pobres: ni están acostumbrados a la rigidez de los horarios, ni a la higiene, ni a los formalismos-legalistas, ni a la limpieza… Así que después de una evaluación del trabajo, el equipo misionero colocó los puntos sobre las íes: llamando la atención sobre estos problemas y valorando todo el esfuerzo que hacen.

Nos interesa tener unos Puestos de Salud que den un servicio serio y de buena calidad, porque están construidos en las poblaciones más pobres y alejadas, que no cuentan con Hospital ni médico ni ambulancia. Son pequeños Puestos de Socorros o Primeros auxilios, que queremos que sean lo mejor atendidos posibles. Se mantienen con la aportación de parroquias, escuelas y amigos de Gran Canaria, Lanzarote, Cáceres y Noreña (Oviedo). También estamos haciendo los cálculos para la construcción de 6 letrinas (Boi, Ndindiza, Mavungwana, Mukakaza, Vahla e Goane II) y los animamos a que informasen a la población para que se organicen en los trabajos previos.
Inkomu! Nuestros Socorristas fueron cogidos por sorpresa, sin saber que vendríamos. Ni tenían ceñida la cintura ni encendidas las lámparas. Quizá fuimos un poco exigentes con ellos, pero lo agradecieron porque saben que su pueblo merece una atención de calidad. Nosotros al mismo tiempo nos sentimos en la obligación moral de ayudarles a mejorar en su trabajo. Con toda seguridad otro día serán ellos quienes nos sorprendan sin la lámpara del amor y la misericordia encendida.

Inkomu! Inkomu wena Tatana...

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