lunes, 23 de febrero de 2009

22 Febr2009 (pescadores)

Sábiè, domingo 22 de Fevereiro de 2009

Hay días que me siento ante el ordenador y no tengo palabras para describir lo vivido. Hoy es un día de esos. No sé por dónde empezar, lo único que sé es que casi me tiemblan las manos de emoción y alegría.

Al terminar la misa de Ligongolo monté a todos los cristianos en el coche y los fui llevando uno a uno a sus casas. Fue bonito, porque algunos viven a 3 ó 5 km, y todos me decían con una sonrisa: “Kola, kaya ka me” (“Aquí, es mi casa”) Era la mejor manera de decir “bienvenido” (“Hoyo-hoyo!”). Al terminar este peculiar reparto, pensé que había terminado mi trabajo de hoy, pero en ese momento comenzó lo bueno.

El profesor Albino me dijo que podíamos visitar un núcleo de pescadores que pertenece a esta comunidad, y allá fuimos. ¡Qué maravilla! Un lugar paradisíaco en cuanto a su paisaje ya que está junto al lago. Todo verde y lleno de vida animal. Las casas muy distantes unas de otras, y todo esto a dos calles del fin del mundo.

Allí conocí a la familia de Lorenzo, y no sé por qué tuve la sensación de que “algo nuevo estaba naciendo” (Is 53) y posiblemente me cambie la vida. Lorenzo es padre de dos niños, el mayor de ellos de 2 años de edad y es casi tan alto como él. Lorenzo no llega a un metro de altura y tiene las manos atrofiadas, y los pies muy mal. Anda con dos palos a modo de muletas, pero con mucha dificultad. Su sonrisa es cautivadora y muestra una alegría que sólo puede salir de dentro. Una mirada serena y agradecida por la visita y muy pocas palabras, nos bastaron para entender que hoy comenzó una verdadera historia de amistad.

De allí nos fuimos al lugar donde viven y trabajan los pescadores. Eran todos jóvenes, y su alegría fue manifiesta al recibir nuestra visita. Rápidamente fueron a buscar pescado seco para regalárnoslo, y luego salieron en dos barcas para traernos pescado fresco. Cuando llegaron nos trajeron los peces aún vivos saltando en la barca (Me recordó a mi Burrero del alma, cuando iba con mi madre a comprar pescado). Posteriormente llegaron los más jóvenes con una pesca aún mayor, parecía “la pesca milagrosa del Evangelio”, pensando que eran eso de las 14.00 a las 15.00h.

Luego fueron con nosotros a Mahungu. Serían unos Doce, no los conté, pero me daba la impresión de que llevaba en mi coche a Andrés, a Santiago, a Pedro, a Juan… aquellos pescadores que un día abandonaron sus redes. Iban felices, y yo más. No sé, pero algo ha cambiado hoy. Khanimambo! En tus manos están estos jóvenes agradecidos, auténticos pescadores de hombres, porque a mi ya me pescaron... Khanimambo!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hello Manolín. We are friends from Lucía Jiménez School. We are sending this message to find out how you are.
Thalia, Beatriz, Ainara, Selena, Daniel and Nati.

Anónimo dijo...

Hello Manolín.We are a group of friends. We would like to tell you that we are all thinking of you and the children in Mozambique.
Aitana, Dakota, Alejandro, Rita, Mayelin, Desireé and Yazmina.

Anónimo dijo...

Hello Manolín.We are going to send you some pencils, rubbers, money, etc. We have looked at your diary on the internet the church and the photos of Sábiè School. We have also seen some animals: a very beautiful green butterfly, two swallows, a beetle, a blue bird and two spiders.
Nayara, Carla, Alba,Alejandro, Alex, Yahvé and Laura.

Anónimo dijo...

Hi Manolín. The solidarity metre has been a great success, we have collected pencils, money, colours,
crayons, rubbers, etc.
Cristian Rodríguez, Juan Luis and
Saray.

Anónimo dijo...

Hello.We are three pupils at Lucía Jiménez School our names are Tara,
Antonio and Itamar.We have a solidarity metre in our class.When we complete one hundred centimetres
we will send it to you.We hope it
will help the people who live in
Sábiè.