jueves, 14 de mayo de 2009

5 mayo 2009: Despedida de un misionero

Sábiè, terça-feira 5 de Maio de 2009

El adiós de un misionero que durante 50 años dejó su corazón en Mozambique me emocionó durante todo el día. Mateo ha pasados sus tres últimos días en Mozambique con nosotros en Sábiè-Maputo.

Salimos temprano para Maputo porque habían quedado con el sr. Arzobispo, Pepe y los dos de la Dire. De allí nos fuimos a casa de las Hermanas de los Ancianos Desamparados donde supimos que una hermana está preparando sus maletas. De allí nos fuimos a la Costa del Sol para comer, y luego a las Pilarinas donde nos acogieron Sor Asunción y Sor Mari Carmen.

Hasta hoy Mateo parecía tranquilo, pero cuando ya íbamos para el aeropuerto comenzó a respirar profundamente. Estaba a mi lado y vi cómo le temblaban las manos, en ese momento yo también me puse nervioso. Es toda una vida aquí y ha llegado la hora del adiós.

Entramos en el aeropuerto y lo acompañé para facturar la maleta y sacar el pasaje. Seguía temblando y ya casi no entendía lo que le estaba explicando. Después nos fuimos a tomar una tónica, y al poco tiempo se hizo la hora de embarcar. La despedida fue un abrazo donde me dijo: “Sé santo, sé feliz y trabaja”. Me tuve que aguantar las lágrimas porque no quería ponerle mayor dramatismo a su salida.

Ya en el coche lo llamé por teléfono y me dijo que estaba sentado en el asiento nº 38 del avión, casi en la cola. Me alegré mucho, porque unos momentos antes me había dicho que él sólo se tranquilizaba cuando se sentaba en el avión.

Khanimambo! por estos 50 años de amor, de entrega, de errores, de humanidad, de trabajo, de sueños, de lágrimas y miedos, de guerras y de paz, de hambre y miseria, de salud y enfermedad, de oración y de silencio, de seguimiento a Tu Hijo en fidelidad y sencillez. Khanimambo Mateo! Khanimambo!

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