martes, 25 de enero de 2011

Las 4 maneras de celebrar que estoy en Mozambique



Koboko, terça-feira 19 de Outubro de 2010

3º Aniversário da minha chegada a Moçambique

Aniversário da morte de Samora Moisés Machel (+1986)

Lc 12, 35-38



Existen por lo menos 4 maneras de celebrar que estoy en Mozambique: con niños, con misioneros, con agua o con amigos. A los niños los encontré a eso de las 5.30h en Mahungu, en casa del Profesor Albino. Llegaron anoche caminando desde Ndindiza, diciendo que los habían mandado a la Misión para vivir con los padres y estudiar en Korumane (aduciendo que los profesores de Ndindiza no están en la Escuela). Tenían 6, 8, 9 y 12 años, pero no dudaron en andar unos 30 kilómetros para alcanzar su objetivo.

El problema lo tuvo Albino para darles de cenar, para que pudiesen dormir bajo techo y con abrigo. Me llamó y fuimos a devolverlos a sus casas. Nuestra sorpresa fue comprobar que pertenecían a 3 familias diferentes y nadie los había echado en falta. Bueno, menos a uno, que pensaron que había ido a cortar carne de elefante y que no regresó. El resto estaban solos en sus casas, y quizá se fueron por hambre o por soledad.

La segunda forma de celebrar mi tercer aniversario fue con los amigos: preparando postales; viendo videos y músicas que me enviaron; abriendo regalos calados y dulces para este día; atendiendo llamadas de La Paterna y de Haría; o recibiendo a un amigo por la noche con quien cené y vi la peli de “Jesús en changana”.

La tercera manera fue comer con las Hermanas y Jesús. Ellas celebraban la llegada de Aurora y sus 7 meses de Fundación en África, y yo sumé motivos a la mesa. Después fue la misa donde resonó ese “tengan ceñida la cintura y encendidas las lámparas” “… Y si –el Señor- llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos”.

Pero también celebré estos 3 años con agua, o más bien sin ella. Ya hacía tiempo que no faltaba el servicio de agua en el campamento. Sin embargo, hoy entró el agua a las 19.00h pero se acabó tan rápido que ni cuenta me di. El problema es que estaba de limpieza y sudando y me tuve que duchar con vaso y regadera, al estilo mozambiqueño, que me recordó mi opción exige renuncias.

Inkomu swinene! Por este día tan especial para mi corazón, para mi familia y amigos, para mi diócesis porque nos abriste a todos las puertas de Mozambique. Khanimambo por quienes acompañan esta “caminhada missionária” desde la oración, el cariño y los detalles. Inkomu! Por aquellos niños, misioneros y amigos que nos has regalado en este “belo Moçambique”.

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