miércoles, 9 de abril de 2014

Treinta y tres años después estoy en África celebrando la eucaristía



Missão, domingo 23 de Fevereiro de 2014
23 F

                Recordar este día, creo que en 1980, es acordarme de mi padre. Yo estaba frente al televisor y él en la cocina. Cuando Tejero dio los disparos en el Parlamento, mi padre me apartó y me puso detrás de él. Yo miraba curioso sin saber lo que pasaba. Sólo notaba su nerviosismo.
                Treinta y tres años después estoy en África, celebrando la eucaristía en la Misión e Inkomanine, donde ni siquiera oyeron hablar de ese intento de Golpe de Estado. Aquí estaban en una guerra que duró hasta 1992 y que hundió al país en la más absoluta miseria.
                Los disparos de hoy en Sábiè fueron muy distintos a los de Tejero. La familia Mboene que ayer enterró a Xicopinyana, hoy amaneció con un nuevo episodio: su esposa Júlia huyó, se fue a las 4.00 am para casa de su madre en Matola abandonando a sus 4 hijos. Parece que la han acusado de envenenar a su marido. ¡Muy fuerte!, pero como bien sabemos, en África nadie muere por enfermedad, sino porque alguien provoca ese muerte. Siempre hay un culpable. Nos asombra que la familia Mboene también contribuya a esta macabra tradición, pero…

                Ni khensile! Estos disparos de la familia Mboene me llevan a pensar que tengo que seguir humanizando mi mirada, debo seguir profundizando en esta cultura para un día poder decir una palabra desde Tu Palabra que pueda dar luz a esta cultura tan cerrada en tradiciones que destruyen familias buenas y cristianas.

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