No sé ni por dónde
empezar, y creo que sólo podré hablar en general porque fueron muchos los momentos
en que sentí Tu Presencia: una joven de unos 15 años que nunca ha ido a la
escuela porque tiene una herida en el pie; niñas adolescentes que son «cabeza
de familia» y tienen que cuidar de todos; viejitas que deben cuidar a sus
nietos, cuando ni ellas mismas se aguantan en pie; casas en condiciones de
verdadera pobreza absoluta…
Toda la visita fue a pie.
Salimos a eso de las 10:30h y regresamos a las 14:00h. Llegué medio muerto,
porque estuvimos al sol todo el tiempo, subiendo y bajando montañas. Todo este
barrio es inmenso, hasta tal punto de que me hubiese sido imposible regresar
solo, estaba totalmente perdido y desorientado. La gente, como siempre, muy
acogedora y alegre. Además, nos acompañaron los líderes de los barrios en que
está dividido Mathumbuliro.Tatenda! He recibido muchas buenas noticias de Canarias sobre cómo transcurrió el día de la Mujer. Sin embargo, ninguna noticia supera la lucha de las mujeres que he visitado hoy, ni la entrega de las mujeres a quienes acompañé en la visita. Aquí, el Día de la Mujer, ha pasado totalmente desapercibido… pero no ante Tus Ojos, ante Tu Mirada, pues hoy has colocado a todas estas mujeres «sin nombre ni rostro» como verdaderas pilares de un país que se hunde.


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