domingo, 3 de noviembre de 2013

No tenían nada para comer



Missão, quarta-feira 09 de Outubro de 2013

                En el Evangelio de hoy, Jesús nos enseña a orar, a llamar a Dios Padre, a pedir su Reino, a perdonar… Realmente podríamos vivir el seguimiento a Jesús si sólo nos hubiese llegado esta oración, porque en ella se condensa toda la pasión de Jesús: el Reino. Presidí la misa de la Vila y disfruté sólo por poder decir alguna cosita de esta oración que tan rutinariamente repetimos desde niños.


                Ayer me impactó una imagen. Cuando regresamos de Goane II, pasamos por casa del sr. Williamo Gueveia y la mujer, y los encontré cocinando. Estaban cociendo trozos de corteza de un árbol, olía a resina. Me quedé de piedra. No tenían nada para comer, para darle el sabor a la xima. Nunca se está preparado para estas situaciones. No he parado de pensar en su pobreza y mi riqueza. He venido a Mozambique para estar con los pobres y dar a ellos mi vida, pero aún me siento a años luz de vivir en coherencia con este Padre Nuestro.



                Ni khensile! Porque Tú nos das el Padre Nuestro que nos invita a ser hermanos, a compartir, a darnos unos por otros, aunque existan diferencias. Tú cada día nos quieres más iguales, y así lo haremos. Me siento llamado a vivir cada día con mayor austeridad y pobreza, pero sobre todo llamado a compartir lo que soy, lo que tengo, lo que he aprendido con aquellos que encuentro en el camino de la Vida.

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