sábado, 1 de febrero de 2014

La esperanza de un mundo mejor




Missão, domingo 22 de Dezembro de 2013
42º Aniversário de Vida


                Khanimambo! Inkomu! Na khensa! Na bonga! Por cada día de estos 42 años, incluyendo los días oscuros y los tropiezos, y los besos y los abrazos, y las lágrimas y sonrisas… todo lo agradezco, porque todo es vida.
                En la acción de gracias de la misa de la Misión bailé y di gracias a Dios, a mi comunidad, a mi familia y amigos, a la Vida… y me habían preparado un mensaje de felicitación que acabaron lanzándome pétalos de flores. Repartí caramelos para todos.
                Luego vino el almuerzo con el equipo misionero y los seminaristas. Tuve regalos de mi familia, de amigos y amigas, del equipo misionero con quienes soplé la vela de la esperanza de un mundo mejor.
                Recibí llamadas, mensajes y correos de felicitación. Incluso, cuando mi hermana me llamó se estaba cantando El Gordo de Navidad. Un año más, el Gordo fui yo, Irenela, el seminarista Nélio…


                Ni khensile! ¿Cómo agradecer el don de la Vida? ¿Cómo dar gracias por lo más  importante? Tendría que agradecer a cada persona que en la historia amó hasta que mis padres amándose me dieron vida, y luego continuar por cada persona que encontré en la vida y que me dieron más vida. Y no puedo olvidar a aquellos que siguen cuidando nuestras vidas desde quien es La Vida.

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