Missão, sexta-feira 12
de Julho de 2013
...Y llegó Rodrigo. Después de tanto
esperarlo, no porque se retrasase el avión que aterrizó puntualmente, sino
porque ya deseaba tener alguien con quien conversar. Es un regalo. Es un joven
abierto y capaz, tranquilo y conversador.
En
Maputo todo fue según lo previsto: problemas en el Hospital (que de hecho no
atendieron al Sr. João, porque el médico estaba enfermo: “Vuelva el martes”…),
compras múltiples, comida en casa de las Hermanitas, Correos, Obispado, etc…
Regresé
lo más temprano que pude, aunque se nos hizo de noche en el camino. Rodrigo se
dormía aunque luchaba por estar despierto. Me daba pena, y cuando veía que se
dormía, intentaba que el coche no saltase ni diese sacudidas. Estaba muy
cansado.
Inkomu!
Saludamos a las Hermanas, cenamos y a la cama para dar culto al cuerpo en
posición horizontal, porque también yo estoy en pie desde las 3.45h y en la
carretera desde las 4.00h. Gracias Señor por Rodrigo, por Yolanda y Carmelo que
me lo confían unos meses, y por tantas buenas personas que han venido como
regalos a través de él (que más que Rodrigo parecía Baltasar)
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