martes, 29 de agosto de 2023

Yo simplemente contemplaba la escena

 

Songo, miércoles 23 de agosto de 2023

Santa Rosa de Lima – Órzola

 



            Mientras las cuatro voluntarias de Cáritas hablaban con Ana Bela y Gelito, yo las contemplaba. El hecho de no hablar Cinyungwe me limita para entrar en las conversaciones, aunque las puedo seguir, porque entiendo bastante. Sin embargo, esa hora que pasamos en la visita, decidí no intervenir mucho, sino sólo estar.

            Lo que más me llamó la atención fue el cariño con que estas cuatro mujeres les daban consejos a los dos hermanos. Ellos son huérfanos, y Ana Bela tiene un fuerte problema en una pierna que le impide caminar largas distancias.

 

Gelito no estaba en casa cuando llegamos. Cuando apareció vimos que tenía extensiones postizas y una especie de tatuaje en el brazo. Ellas no dejaron pasar la ocasión y estuvieron hablándoles durante más de 30 minutos sobre “bzabwino e bzakuipa” (cosas buenas y malas). El aspecto no es conclusivo, pero sí indicador. Ellas comenzaron a preguntar y vieron que Gelito dejó la escuela, y que trabaja, aunque poco. A Ana Bela le insistieron en que continúe yendo al hospital y le dieron 120 meticales para que coja el transporte público. Es decir, aprovecharon para orientar a estos dos jóvenes de 19 y 17 años, para instruirlos en la escuela de la vida, ya que sus familiares se han desentendido de ellos.

 

 

 

            Tatenda! Yo simplemente contemplaba la escena, agradecido por tanta bondad y tan lindos detalles de cariño con estos jóvenes a los que la vida no les ha sonreído del todo. Disfruté mucho de esta visita y aprendí “buenas maneras” en la educación de los jóvenes, que también son un ejemplo, porque tanto Ana Bela como Gelito escuchaban pacientemente todo lo que les decían, y asentían con la cabeza. Gracias por estos jóvenes, pero gracias por las personas que muestran que ser de Cáritas significa “palpitar según Tu corazón”.


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