domingo, 21 de noviembre de 2010

Hambre de Justicia




Koboko, sexta-feira 3 de Setembro de 2010
Lc 5, 33-39

Las demostraciones son casi siempre un éxito de participación. Poco a poco fueron llegando al Hospital de Korumana las mujeres que, acompañadas de sus niños/as, están participando de este programa de alimentación.
Pepita sospecha que la enfermera Raquel se salta los criterios de selección de las madres que establecimos antes de comenzar, y les da leche y cereales a casi la totalidad de las que asisten. Algunas sabemos que deben recibir esta ayuda, pero sin embargo, sospechamos que otras no deberían hacerlo.
Al terminar nos vinimos a casa para las clases de portugués que finalmente unimos con una ligera cena. Pablo había preparado unas estupendas albóndigas, también teníamos arroz, y entre una cosa y otra, engañamos al estómago.

Inkomu! “Los discípulos de Juan ayunan y oran (...); en cuanto los tuyos, a comer y a beber” Los niños y niñas no dejan nada en el plato. Lo limpian y relimpian, al igual que pasa con el caldero, donde siempre raspa alguien lo que está quemado en el fondo. Está claro que los discípulos de Jesús “comen y beben”, especialmente aquellos que tienen hambre, los desnutridos, pero también los que tenemos hambre de justicia y trabajamos contra el hambre de niñas y niños africanos.

1 comentario:

berta dijo...

HOla somos Cristo, Berta y Amanda, nuestra familia acaba de descubrir este blog y nos parece una maravilla esta gran familia.
Te queremos mucho