martes, 15 de octubre de 2013

“La fe crece cuando se comparte”


 Missão, sexta-feira 06 de Setembro de 2013
      “La fe crece cuando se comparte”
                Cada persona es una historia interminable. Cada persona es un tesoro, pero ¡qué mal queremos nuestros tesoros! Sentí ganas de llorar durante la visita a los enfermos en la Vila. Fuimos Aurora, Angelina Ngomana, Catarina Tovela y yo. Visitamos a seis viejitos, dos hombres y cuatro mujeres. Uno de los viejitos vive solo y está ciego (Salomão) y el otro está tuberculoso (Chihlonine) y vive con su esposa y su suegra. De las viejitas que visitamos la peor que está es Julieta. Estaba solita en su pallota. Se había caído y arrastrado por el suelo hasta llegar a su puerta, pero se quedó de espaldas y no podíamos abrir porque su cuerpecito nos lo impedía. Sin embargo, después de algunos intentos conseguí colarme, la levanté y la puse en su esterilla. Está escuálida y se le ha ido la cabeza, parecía un esqueleto y sólo pedía luz eléctrica –cosa que no tiene en su pallota-. Sólo pude cogerle la mano y pedirle a Dios que nunca la suelte. Su hija no tardó en llegar. Había ido al hospital.

                A eso de las cuatro de la tarde tuvimos la misa por Salomão Chavango porque su familia se quita el luto este fin de semana. Al salir saludé a mi amigo Ismael que, aún siendo musulmán, vino a misa. Me felicitó al final de la misa, me dijo que no tenía palabras para agradecer esta oración. Y luego me dijo que había leído un cartel en la capilla que dice: “La fe crece cuando se comparte”, y comentó: “Lo que la gente no sabe es que compartir es esto –y dibujó un círculo en la tierra- porque la fe es un encuentro de todos los que creemos en Dios”.



                Ni khensile! Ha sido otra clase de Diálogo Interreligioso a la que ya casi me tiene acostumbrado el sr. Ismael. Cuando dibujó el círculo, yo pensé que luego lo iba a dividir en partes, pero no. Me sorprendió aprender que compartir no es dividir, sino estar juntos, todo de todos, Dios de todos, sin porciones ni porcentajes, todos de todos. Realmente Tú eres así, indivisible, Todo para todos en igual medida, y quieres que también nosotros seamos todo para todos sin distinción de raza, sexo, edad o religión. Todo en todas, Uno en Todas, Todas una.

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