Songo,
segunda-feira aos 7 de janeiro de 2019


Quizá la única novedad de este día, sea haber recuperado internet, lo cual
agradezco infinitamente porque para mí es una herramienta básica de
comunicación. Por la tarde estuvimos visitando a dos señoras enfermas. Una de
ellas me dio mucha pena, porque se había quedado hemipléjica por un ictus y
también perdió el habla, así que a todo nos respondía con señales. Debe ser muy
duro vivir así.
También estuve un ratito
con las jóvenes del internado. Estudian 8º curso y no saben la tabla de
multiplicar, y prácticamente no hablan portugués. Me da mucha pena, porque
Alberto sólo se preocupa de que coman y duerman, y no consigue ir mucho más
allá, aunque quizá ya sea mucho pedir a su edad. Una de las chichas se llama
«Última». Vete a saber por qué.
Tatenda! En la eucaristía de cada día recuerdo a
Pino de Teror, porque su esposo Javier me ha pedido que lo haga así durante un
mes. Y realmente es una sensación muy extraña, porque de alguna manera siento
su presencia alegre entre nosotros. Pino, te pido que intercedas por Última,
para que se cumpla aquello del Evangelio y esas «Últimas», algún día, sean las
Primeras.
1 comentario:
Eso es bueno, manolin
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